Wednesday, February 24, 2010

Miklós, Vámos. El libro de los padres. Mondadori, 10. 424 páginas. 21 euros.

Miklós Vámos es un reputado escritor húngaro nada conocido en España. Quizá sea ésta su mejor novela, escrita en el 2000. Triunfó en su país; fue traducida a doce idiomas y ahora Random House Mondadori nos la ofrece en español.

Estamos, sin duda, ante una gran novela, cuyos perfiles que la sustentan son las distintas historias de una saga familiar desde 1705 hasta casi finales del siglo XX. No guarda un orden cronológico estricto; más bien los distintos protagonistas (todos padres de esa familia que sigue sus rastros por los siglos) aparecen como traídos de un lugar remoto; no tiene nada de extraño: así es la vida, las personas de un núcleo familiar tienden a separarse con el tiempo. Pero en este caso hay un componente atávico que les hace retornar a sus raíces o buscarlas dondequiera que estén. Ellos son los escritores del libro, de El Libro de los Padres y, además, saben recordar el pasado de la familia aunque no lo hayan vivido (cosa claramente curiosa).

El caso es que nuestro escritor consigue elaborar una interesante historia de Hungría y de parte de Europa. No olvidemos lo que podríamos llamar la política exterior de este país en esos siglos, más después la I y II Guerra Mundial y su condición de país anexionado a la extinta Unión Soviética. Miklós nació en 1950, con lo cual los sucesos de 1956 era un niño que ya podía entender en qué mundo vivía. Sin embargo se fue abriendo paso, y una vez formado en el mundo de las artes, ha escrito también teatro, ensayo, obras de ficción, guiones para la televisión húngara…

Tono de epopeya y realismo mágico. Casi nada. Esto es lo que Vámos Miklós emplea como arcaduz para contarnos su historia, en la que hay, según él, “un puñado” de hechos de su propia familia. El tono de epopeya es fácil conseguir a un escritor experto: se encuentra tanto en el ámbito formal como material. Además, el lector conecta enseguida con él y se introduce en un mundo de grandes gestas, de grandes pasiones.

Ahora bien, que leyendo El libro de los padres, uno encuentre sensaciones, olores, imágenes, como si estuviera leyendo a Gabriel García Márquez, eso es distinto. Este es el realismo mágico, que es como una especie de ensueño y fantasía, pero sin despegarse de lo real y muchas veces de la cruda realidad. Es curioso este modo de escribir, que se ha dado en denominarlo generalmente así: realismo mágico; es muy común en autores latinoamericanos y se difunde desde esa parte de la tierra socapa de escritura experimental. Pero el experimento ya está hecho y bien patentado.

Hay un guiño o una “miradica” de cariño al pueblo judío. La familia Gebrüder Czczor, los componentes de esta saga familiar que irá con el tiempo cambiando su nombre, es judía. Y a lo largo de los siglos aparecerán las incomprensiones contra éstos, culminando con la II Guerra Mundial, pero a la que, como a los otros episodios, no dedica mucho tiempo.

La traducción me parece mala. Chirría el castellano.

Una gran novela de un veterano y desconocido (en España) gran escritor.

Juan Carlos Eizaguirre
23.2.10

Monday, February 15, 2010

James, P. D. La sala del crimen. Ediciones B. Barcelona, 2009. 506 páginas. 21 euros

Me resulta curioso que Ediciones B haya querido volver a editar esta novela, ya publicada en el 2003. No se trata de una edición de bolsillo; tiene unas hechuras de libro de estreno. En fin, debió de alcanzar gran éxito de ventas.

La autora escribió esta novela policíaca el año 2002, cuando contaba con ochenta y dos años de edad, lo cual es meritorio, sobre todo porque la composición literaria, el argumento y desarrollo de éste, están muy bien ejecutados. Hay que tener en cuenta que en el 2009 ha escrito otra titulada Muerte en la clínica privada. Todo un record.

En esta ocasión P. D. James nos presenta, como en tantas otras ocasiones, una novela negra de corte tradicional. Quizá se recrea en exceso en la presentación de los personajes - que son muchos -, pero el estilo es tan fluido y ameno que creo que al lector no le sobrarán las primeras largas páginas, al final de las cuales comienza la acción: los homicidios y las exhaustivas pesquisas de Scotland Yard. Se podría establecer la comparación con uno de esos pesados aviones de carga que tardan y tardan en coger altura y ponerse en velocidad de crucero.

Me parece una novela excelente, aun sabiendo, por supuesto que estamos ante un entretenido género policíaco y que, esto es a mi juicio importante, los protagonistas de la historia son unos seres cuyo único motivo por el que se comportan honradamente es por educación y conveniencias sociales. No hay nadie al que se le pueda alabar por poseer algún grado de virtud o preocupación por los demás. Resulta algo poco atractivo, la verdad.

Hay breves diálogos en que los que la autora parece dar una opinión a mi juicio equivocada: niega la inmortalidad del alma - se presupone que ésta no existe - y compara a las personas con los animales: muriendo a veces con los mismos dolores y angustias; y cuando la muerte es repentina, no deja de ser una buena suerte pasar del ser al no ser.

Por otro lado, los últimos pasajes están marcados por cierto erotismo; se podría decir que no hay intención de introducir escenas o comentarios procaces. Pero el hecho es que la autora utiliza un ambiente sórdido - narrado en tercera persona y como distanciándose -, pero ahí quedan unas paginas algo inconvenientes, que podrían molestar a algún lector.

Juan Carlos Eizaguirre
11.1.10