Tuesday, March 15, 2011

Connelly, Michael. Nueve Dragones. Editorial Roca, 2010. 349 páginas.

A finales del año pasado Michael Connelly nos ha presentado una nueva y típica novela de acción, tipo thriller. No faltan todos los condimentos de intriga, misterio, violencia contenida, el reflejo de la sociedad norteamericana y, cómo no, el perverso asesino en serie y el veterano detective Harry Bosch, con su olfato de sabueso y sus problemas familiares que, en esta ocasión, van a estar en primer plano.

A estos autores de thrillers que triunfan mundialmente (que son unos cuantos), habría que tratarlos con especial consideración… Bien es verdad que a ellos qué les importa que no les califiquen de escritores de alto rango: mientras tengan el halago de sus millares de seguidores y un no menos favorable trato de la crítica…

En el caso que nos ocupa, es de alabar la explosiva imaginación en la novela Nueve Dragones, que a uno le hace pensar que esa capacidad creadora, esa inventiva… quizá a veces al filo de la fábula, es un don que se debe publicar y prestigiar.

El hecho de que un viejo tendero chino aparezca apuñalado en su establecimiento de licores, hasta la detención del o los culpables; en ese lapsus de tiempo, repito, supongamos que de una semana, nuestro admirado Inspector de policía Harry Bosch, desarrolla una energía física y mental sin parangón: persigue diversas pistas, en una de ellas recibe un anónimo, advirtiéndole que su hija, que se encuentra en Hong Kong estudiando y vive en casa de su madre. Obviamente, la pareja está separada… no sigo por ahí. Decía, que la amenaza sobre la hija no es una engañifa. Harry es astuto… y tiene un teléfono móvil con vídeo, en el que le muestran a su hija maniatada y recluida en una habitación destartalada. Como supondrán, Bosch, marcha a Hong Kong a reunirse con su esposa y con una serie de datos y pistas que tiene en Los Ángeles y unos contactos en el país asiático.

Me he entretenido demasiado contándoles el argumento, pero no se preocupen, no les he dicho prácticamente nada. Sólo quería hacerles ver cómo el autor de nuestra novela posee una capacidad de fabulación enorme.

Pero eso no es todo. Se expresa con claridad e intensidad, sabe introducir a un lector entre sus protagonistas y sus problemas, domina los tiempos y el espacio: el lector “sabe” dónde está, lo que le rodea.

Sin embargo, en ocasiones, se pierde en su narración; digamos que pierde ritmo. Esto sucede en dos momentos (o eso me ha parecido) y no sabría localizarlos mentalmente en este momento. Son pasajes más o menos largos donde parece como si el escritor se encharcara en un lodazal y no supiera por dónde seguir. Como si se apagaran de improviso las luces de la habitación donde uno está.

Este es Michael Connelly, en estado puro, Nueve Dragones no es su mejor novela pero, ¿quién se atreve con estos escritores que la imaginación presenta como unos Harry Bosch?

Juan Carlos Eizaguirre
11.3.11

Tuesday, March 01, 2011

Verdon, John. Sé lo que estás pensando. Editorial Roca 2010. 430 páginas.

No suele ser lo habitual que un escritor triunfe en su primera novela. Más bien se suelen resaltar los casos en que esto sucede, provenientes además, del mundo del periodismo, de las Letras… De hecho John Verdon ha trabajado muchos años en agencias publicitarias en Manhattan, como Director creativo. Quizá haya sido ése el detonante que le ha permitido elaborar un thriller de cierta altura literaria. Lo afirmo, no sólo porque hay que hacer justicia a la calidad y claridad de su prosa, que ciertamente sorprende por su habilidad a la hora de exponer en pocas palabras la situación: la tensión, emocional de algunos de sus principales personajes; los esfuerzos para intentar introducir a la exuberante Naturaleza como un componente más (frontera Este de Canadá); pero sobre todo por haber mantenido la intriga tensamente presentada, hasta el final. Uno se dirá: ¡cómo si no! Que pruebe el que discrepe a escribir una novela larga y numerosa (personajes): no es nada sencillo. Ni que decir tiene que estamos ante una típica novela que más arriba hemos calificado como Thriller, pero lo recuerdo, porque siempre es bueno “dar un paseo” por el argumento”; en este cado un asesinato múltiple narrado con cierta etiqueta. Quiero decir, que las escenas macabras, de sangre, de brutalidad, brillan por su ausencia pero, sin embargo, Verdón sabe dar una fuerte emoción e intriga sin caer en procacidades ni violencias impropias de un ser humano.

Hemos hablado al principio, del éxito de una primera novela. Razonaré mi afirmación haciendo ver además, que estamos ante un tipo de narrativa clasificada por la Crítica como de “corte menor”. Encontrar en ese mundo algo novedoso y de calidad literaria no resulta ya fácil. Quizá triunfe todavía el ingenio temático, pero ya comienza a verse mucho mimetismo. Las minas se acaban, las fuentes se secan, las canteras se agotan… algo así sucederá con este género de los thrillers. Algo parecido ha sucedido en el cine con las películas del OESTE. Es un ejemplo que se me ocurre ahora

Tengo que poner punto y a parte. Si no, quedaría este comentario un poco denso. Existe otra alabanza para John Verdon que no podemos omitir: el ingenioso tema unido al tradicional “busquen al asesino”. Y digo ingenioso porque sabe combinar muy bien secuencias tradicionales de este tipo de novelas, con la aparición de caminos sin retorno, como acertijos que pone el o los asesinos. Es verdaderamente entretenida la presentación de ofertas de investigación que nuestro escritor ofrece a sus lectores. Acertijos.

Y un pero. Algo de torpeza: excesiva descripción física de personas y de cosas. A mi gusto, hubiera hecho mejor, darlos a conocerla lector mientras se van moviendo por sus imaginarias vidas.

Juan Carlos Eizaguirre

28.2.11