Wednesday, April 04, 2012

Grisham, John. La confesión. Plaza y Janés, 2011. 503 páginas.



Las disputas y luchas a favor y en contra de la pena de muerte en Estados Unidos, no resulta un tema novedoso; ni en la vida real, ni en las ficciones que pueda proponer el arte (en este caso la literatura), para defender los complejos postulados a favor, o atacando esta aberrante manera, casi siempre, de hacer justicia.


Y tampoco resulta novedoso en la novelas de John Grisham que tratan este asunto, siempre a favor de abolir esta condena mortal.


De todas formas, resulta agradable por su escritura, ágil y entre entretenida y llena de suspense. Tampoco se debe olvidar el carácter de “retrato” de la sociedad americana: sus esforzados y honestos jueces y abogados; la rectitud de los órganos administrativos de Justicia… y aspectos menores y costumbristas. Junto a todo esto, no dejan de aparecer, y en no poca medida, las organizaciones y cargos judiciales corruptos, políticos mediocres en busca de oportunidades…


El argumento, ya hemos visto, es una triste repetición de películas y libros. Joven negro condenado al “corredor de la muerte”, personas que luchan, convencidos de su inocencia, Tribunal y Gobernador del Estado, inamovibles en su decisión. Ambiente polémico en la ciudad; incluso con algaradas callejeras. Personas en contra del castigo que llegan a la ciudad en gran número, para presionar. Y… en el último momento se consigue la prueba que exculpa al reo o se encuentra al verdadero asesino o depredador.


El final resulta una mezcla de agrio y feliz. Agrio, porque la pena de muerte sigue vigente en muchos países; en algunos de ellos de una forma desbocada. A veces como venganza y odio; otras, tras sesuda jurisprudencia basada en primitivos principios. Sólo en aras del Bien Común ( y en esto habría que matizar mucho ) cabe la posibilidad de que el Estado pueda condenar, si consigue un Bien Común mayor. Sobre todo defendiendo la vida de sus ciudadanos u oponiéndose a ominosas y ultrajantes aberraciones.


                                                                                Juan Carlos Eizaguirre
                                                                                            4.4.12