Friday, January 07, 2011

Carré, John Le. Un traidor como los nuestros. Plaza y Janés, 10. 394 páginas.

John Le Carré aparece de nuevo con otra novela de espías, Adaptándose, desde que se acabó la Guerra Fría, a las circunstancias de llamémosle profesión de espía. A mi juicio no fue afortunada El hombre más buscado (2009), llamada por la propaganda, “la última novela”. Ya la comentamos en su día, y pueden leerla en mi blog. Diciéndolo claramente era o se trataba una “faena de aliño”, impropia de Le Carré o, cuando menos chocante para un libro de despedida de sus miles de lectores.

Sin embargo, la que ahora presentamos, Un traidor como los nuestros, es un “producto Le Carré, que nada desmerece de sus mejores novelas. Incluso el tema, que ya se puede adelantar, se centra en una enconada y larvada lucha de espionaje entre los países favoritos de nuestro autor: América y Rusia, por decirlo brevemente. Y en los “tiempos antiguos”. Pero naturalmente, los tiempos han cambiado, y la tecnología y sistemas de operación y distracción o engaño…, han evolucionado enormemente. Por ello, el escritor inglés ha sabido adaptarse a los tiempos, y no ha resistido recrear algunos estilos de espionaje más sofisticados, no propios del tiempo durante ocurre la acción. También es verdad que ha escrito otras novelas sí de su especialidad pero lo que más remarca es la denuncia social. Creo que el más claro es El jardinero fiel, pero hay varias más; todas comentadas en mi blog.

Para completar la trama sólo les avanzaré que trata sobre todo de una traición, de un intento de pasarse a Estados Unidos de un alto mando Ruso. Pero, ¿quién es en realidad los que verdaderamente traicionan? Les aseguro que no es fácil deducirlo; más bien, es imposible.

No ha perdido John Le Carré, a pesar de tratarse de casi de una novela coral, el tino y el tacto, para tratar a sus personajes (creados por él) con una maestría solo propia de los grandes autores. Parece como si se recreara dándoles vida. Y esa vida resulta muy verosímil, muy naturalmente expuesta, como naturales son los diálogos y los sucesos que les acontecen. Siempre vienen a mi memoria Charles Dickens y sus personajes tan magistralmente trazados y revividos una y otra vez…, y todas las que hagan falta. Quizá sea esta última afirmación la clave para juzgar la validez y la altura literaria de una novela.

Juan Carlos Eizaguirre
7.1.12

0 Comments:

Post a Comment

<< Home