Tuesday, October 24, 2006


Seth, Vikram. DOS VIDAS. Anagrama, 2006. 587 páginas. 15 euros.

Se trata de una biografía de dos parientes del autor. Parece que los temas familiares son los que más gusta describir. En este caso la historia de su tío Shanti, de origen indio y su esposa Henny, alemana de raza judía. Seth pasó largos años, primero de su infancia (1969), y más tarde como estudioso y autor de fama, en casa de sus entonces ya ancianos tíos en Londres. En ocasiones el relato se convierte en autobiografía, puesto que al contar diversos acontecimientos, él es uno de los personajes. Pero no sólo eso, también aprovecha para narrar aspectos de su familia en la India, donde pasa largas temporadas, y nos revela algunos secretos sobre su gran novela UN BUEN PARTIDO: la historia real de los personajes, cómo tuvo que documentarse para dar una visión tan amplia y certera de su país…

De todas formas me parece una obra irregular. Las fuentes en las que se basa son primero, el testimonio de su tío ya viudo: cómo se decidió a estudiar odontología en Berlín el año 1931, la soledad de los primeros tiempos, las apreturas económicas… Pero fue allí donde conoció a Henny, con la que no se casaría hasta el año 1951. Ello es explicable por la Segunda Guerra Mundial. Henny huye a Inglaterra (aunque tendrá poco trato con Shanti, que es movilizado), pero su madre viuda ya y su hermana mueren en los campos de concentración, así como otros muchos amigos. Momentos angustiosos que ambos supieron vencer, haciendo frente a la vida.

Hasta este momento, los años del joven Seth en Inglaterra y la vida de sus tíos contada por Shanti, están descritos con la gran calidad habitual de este autor; con una brillante sencillez, una leve ironía (propia del él), y una gran capacidad de captar y escribir los caracteres de las distintas personas; sobre todo sus tíos y otros familiares cercanos. Se podría decir que incluso hasta él mismo se describe con gran desparpajo. Pero cuando el autor pretende completar su obra, la tía Henny ya ha muerto, y sólo quedan sus cartas, por cierto bastante numerosas. En este tramo Vikram Seth se propone reconstruir la vida de su tía, sus años de Berlín, la huida a Inglaterra y sus contactos con Shanti y, sobre todo, la situación interna de Henny, agobiada por la suerte de sus familiares en la Alemania de Hitler. Para todo ello, se introduce en un estudio meticuloso de la correspondencia de su tía, que vierte al relato en forma de cartas. El ritmo narrativo desciende, el argumento de la biografía se complica, se hace farragoso, aunque culmina este capítulo con una serie de consideraciones morales, basadas en el sentido común, sobre Europa y todo el mundo occidental, bastante atinadas, y expuestas con profundidad y brillantez. En una persona como él, con una formación autodidacta suenan bien estas palabras: “Que creamos, en resumen, en una lógica humanitaria, y quizá, con el tiempo, en el amor”.

Ya me gustaría a mí que muchos intelectuales suscribieran al menos estas palabras. A Vikram Seth no se le ha hecho costoso afirmarlo porque, a pesar de los duros reveses de la Guerra, palpó el amor en las vidas de Shanti y Henny y, además, los amó intensamente hasta el final de sus días.




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