M. G. Vassanji. EL MUNDO INCIERTO DE VIKRAM LALL. Edita Salamandra, 2006. 445 páginas. 17,40 euros.
El proceso de descolonización del continente africano trajo consigo un largo periodo de convulsiones y guerras que duran todavía.
Vassanji es keniano de nacimiento de segunda generación, aunque vive en Canadá, país al que se vio obligado a emigrar después de la independencia de Kenia, ya que los cientos de miles de indios que habían arribado a esas tierras desde finales del siglo XIX, fueron expulsados y, hasta hace poco tiempo, no se les ha permitido volver. Apátridas que se refugiaron en los países de alrededor, preferentemente de la Commonwealth, y al principio en el Reino Unido, hasta que también se les prohibió la entrada en este país.
Estamos ante una admirable novela de tintes autobiográficos, donde el autor muestra de una parte, el ser de África: su geografía, costumbres, razas, feracidad de la naturaleza y la fauna... Y por otro lado, la tensión, el miedo provocado por las distintas guerrillas contra el gobierno inglés. La aparición del MAU MAU es la piedra de toque para que toda la población, blancos, asiáticos y negros, teman por sus vidas.
Con el ascenso al poder de Jomo Keniata, la corrupción se añade a la violencia. La novela se extiende cronológicamente hasta mediados de los años noventa.
Vikam Lall, el protagonista, nos cuenta la historia en primera persona, comenzando desde su infancia hasta terminar con su vuelta a Kenia desde Canadá para saldar dudosas cuentas que adquirió con el gobierno de Jomo Keniata, y para salvar la vida del hijo de su mejor amigo.
La novela está espléndidamente escrita; sin caer en tópicos, se nos muestra África en toda su belleza y en toda su crudeza. La trama está muy elaborada, dando un amplio espacio en las primeras páginas a la geografía y al sentimiento africano de los años 50. Después, se podría decir, que el autor se lanza a tumba muerta narrando los desdichados episodios que tuvieron lugar, el ambiente unificador de la familia, el amor y el riesgo de destacar en la vida pública, y no necesariamente en política.
Opino que Vassanji cumple su objetivo de hacer historia. Una historia realmente dramática para los indios expulsados de su verdadero país.
Estamos ante una obra muy recomendable, tanto por su contenido, como por su exposición; aunque creo que un público adulto sabrá apreciarlo mejor, que un adolescente.
Juan Carlos Eizaguirre
28.X.06
El proceso de descolonización del continente africano trajo consigo un largo periodo de convulsiones y guerras que duran todavía.
Vassanji es keniano de nacimiento de segunda generación, aunque vive en Canadá, país al que se vio obligado a emigrar después de la independencia de Kenia, ya que los cientos de miles de indios que habían arribado a esas tierras desde finales del siglo XIX, fueron expulsados y, hasta hace poco tiempo, no se les ha permitido volver. Apátridas que se refugiaron en los países de alrededor, preferentemente de la Commonwealth, y al principio en el Reino Unido, hasta que también se les prohibió la entrada en este país.
Estamos ante una admirable novela de tintes autobiográficos, donde el autor muestra de una parte, el ser de África: su geografía, costumbres, razas, feracidad de la naturaleza y la fauna... Y por otro lado, la tensión, el miedo provocado por las distintas guerrillas contra el gobierno inglés. La aparición del MAU MAU es la piedra de toque para que toda la población, blancos, asiáticos y negros, teman por sus vidas.
Con el ascenso al poder de Jomo Keniata, la corrupción se añade a la violencia. La novela se extiende cronológicamente hasta mediados de los años noventa.
Vikam Lall, el protagonista, nos cuenta la historia en primera persona, comenzando desde su infancia hasta terminar con su vuelta a Kenia desde Canadá para saldar dudosas cuentas que adquirió con el gobierno de Jomo Keniata, y para salvar la vida del hijo de su mejor amigo.
La novela está espléndidamente escrita; sin caer en tópicos, se nos muestra África en toda su belleza y en toda su crudeza. La trama está muy elaborada, dando un amplio espacio en las primeras páginas a la geografía y al sentimiento africano de los años 50. Después, se podría decir, que el autor se lanza a tumba muerta narrando los desdichados episodios que tuvieron lugar, el ambiente unificador de la familia, el amor y el riesgo de destacar en la vida pública, y no necesariamente en política.
Opino que Vassanji cumple su objetivo de hacer historia. Una historia realmente dramática para los indios expulsados de su verdadero país.
Estamos ante una obra muy recomendable, tanto por su contenido, como por su exposición; aunque creo que un público adulto sabrá apreciarlo mejor, que un adolescente.
Juan Carlos Eizaguirre
28.X.06
posted by Zimon de Elea at 12:42 AM
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