Monday, September 08, 2008

Ishiguro, Kazuo. CUANDO FUIMOS HUÉRFANOS. Anagrama, 2008. 401 páginas.

Como bien saben nuestros lectores, Kazuo Ishiguro es un excelente escritor japonés (Nagasaki, 1954), pero afincado desde su niñez en Inglaterra. Toda su producción literaria está escrita en inglés y, además, brillantemente. Según mi opinión, LOS RESTOS DEL DÍA y NUNCA ME ABANDONES, son sus dos mejores trabajos, uno de ellos llevado con éxito al cine.

Mantiene este escritor que su mentalidad es totalmente británica, pero me permitirán discrepar de esta afirmación, si digo que sus libros poseen un no sé qué de misterio oriental: su obra oscila entre la realidad occidental y la oriental, entre el pasado y el presente. Es un ejemplo manifiesto de la literatura multicultural que se practica actualmente en Gran Bretaña.

Pero vayamos con la novela que nos ocupa, escrita en el 2001. El principal protagonista, Christopher Banks, es un famoso detective nacido a principios del siglo XX en Shangai. Sus padres desaparecen misteriosamente y él es conducido a Inglaterra, donde se labrará una aceptable carrera como investigador, pero nunca olvidando sus primeros años de infancia en Shangai. Tanto es así, que decide abandonarlo todo para volver a su tierra natal a buscar a sus padres. Me perdonarán pero no sigo con el argumento, sino que me voy a detener ahora en cómo Ishiguro trata de reproducir los problemas emocionales de un niño que, de repente, se ve abandonado de sus padres, y con la incertidumbre de si sus progenitores han hecho eso libremente o han sido obligados por las circunstancias.

Pero no quiero hacer creer a los futuros lectores que la trama es la búsqueda de los padres. Una parte del tiempo la acción discurre en Inglaterra, descrita con unos tintes realistas muy propios de él: la lucha por la vida, el codearse con la alta sociedad, el amor...

En Shangai corren tiempos de guerra entre chinos y japoneses; estamos en los años 30; y allí se lanza Christopher para encontrar o saber qué pasó con sus padres. Realmente, el cambio de ambientes es muy brusco, e Ishiguro lo describe con maestría. ¿Por qué este planteamiento novelesco de esta manera? Pienso que el autor tenía como objetivo antes de escribir su libro, hacer una novela psicológica analizando las reacciones psicológicas de un niño, y del adulto en que se convertirá después.

Una novela arriesgada, que podrá cautivar a algunos e impacientar a otros por sus largos coloquios, descripciones prolijas y monólogos interiores. En todo caso, el estilo está compuesto hábilmente y con la brillantez de todas las obras de este autor.

Juan Carlos Eizaguirre
8.9.08

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