Monday, September 01, 2008

Ballard, J. G. BIENVENIDOS A METRO – CENTRE. Minotauro, 2008. 323 páginas.

Ballard posee cierta fama como escritor, porque dos de sus novelas han sido llevadas al cine con notable éxito. Me refiero a EL IMPERIO DEL SOL, y a CRASH. No es que el cine les haya dado el espaldarazo a estas novelas; por sí mismas, éstas, poseen una excelente calidad literaria.

Sin embargo en la novela que ahora nos ocupa, BIENVENIDOS A METRO-CENTRE, el autor ha pretendido confeccionar un trabajo de, llamémosle política ficción o también sociología ficción y, la verdad, no le ha salido un producto de la categoría a la que nos tiene acostumbrados. Debo decir también, que este tipo de libros tiene su público y, por tanto no se debe descalificarlo de un plumazo. Veamos por qué.

El motivo último de la obra de Ballard es una feroz crítica al consumismo; tanto es así que, tomando como punto de partida una “gran superficie” que lleva el nombre del título del libro, la va analizando como si de un templo de veneración se tratara, haciendo de sus empleados, sus servicios (hasta policía y clínica psiquiátrica) y sus productos de venta, una necesidad vital y compulsiva.

Pero el triple salto mortal de Ballard es convertir al bastión consumista en una atalaya de un nuevo fascismo. Nada extraña a los compradores y habitantes de los alrededores de Heathrow y sus autopistas. Pero la maraña que atenaza de hecho las vidas de estas gentes comienza a deshacerse cuando Richard Pearson decide averiguar sin contar con una ineficaz policía, la muerte de su padre en Metro-Centre durante un tiroteo. El protagonista no sabe dónde se está metiendo, pues hasta los medios de comunicación y políticos están confabulados para hacer de ese lugar un punto de partida que cambie la sociedad hacia un fascismo que ata, quita la libertad y los convierte en borregos, aprovechando incluso los eventos deportivos y la diversión.

Contada así la reseña, parece que nos encontramos ante un libro de fuste. Yo, sin embargo, opino que Ballard se ha excedido en su delirio futurista y, aunque se trate de una novela de ficción, hay que decir que el argumento y los personajes son muy poco creíbles.


Juan Carlos Eizaguirre
1.9.08

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