Thursday, December 03, 2009

Khadra, Yasmina. Lo que el día debe a la noche. Destino, 09. 380 páginas 19,50 euros.

Como todos sabrán, Yasmina Khadra es el pseudónimo de Mohammed Moulessehoul, militar argelino, exiliado en Francia. Ha declarado a la prensa de este país que le acoge que con esta última novela ha pretendido confeccionar una epopeya, que ese fue el destino de Argelia durante parte del siglo XIX y XX. Su lucha contra el colonialismo, contra la miseria, contra sí misma. Ha tenido la buena intención de introducir a Argelia en la Historia inspirándose en la idea de confeccionar una gran obra; y en concreto ha mencionado, Doctor Zhivago y Lo que el viento se llevó. No sé si esto lo ha dicho antes o después de su publicación, pero el hecho cierto es que se ha quedado muy corto, como más adelante expondremos.

Yasmina Khadra había escrito hasta ahora novelas de corte bélico, terrorista… ahondando en el alma musulmana y moviéndose por distintos países. Era como un reportero que nos hacía ver ese mundo aparentemente tan lejano, con sus ideales, costumbres, religión, y miseria y odio.

Lo que el día debe a la noche ha sido una tarea más ambiciosa. Es verdad que el autor sólo se ha concentrado en su Argelia natal, pero al querer profundizar en la convivencia durante tantos años de dos civilizaciones y, después, tanta sangre derramada por la guerra civil y la actual inestabilidad y peligro social, el tema se le ha ido de las manos. Se le ha ido de las manos, bien porque le venía grande (que no creo), o porque él es parte del drama o, sencillamente, porque es muy difícil de explicar una armoniosa convivencia entre occidentales y musulmanes (que no se dio), así como el desastre interno posterior a la época colonialista.

Por lo demás, el libro resulta grato de leer; es bueno; pero no se le intente encumbrar, no tiene madera de obra fundamental. Eso sí, en Francia ha tenido mucho éxito (esa extraña relación de amor odio con la antigua Colonia). Y no sé hasta qué punto en España, pues este autor tiene muchos seguidores en nuestro país.

El argumento con el que aborda toda la historia que antes hemos aludido es sugerente: la amistad desde la infancia, en la época colonial de un muchacho musulmán con tres chicos franceses, pero nacidos en Argelia. La vida va pasando… y suceden muchas cosas. Por otro lado nos encontramos con una ciudad (Orán), de dos caras: la de los ricos y la de los miserables. Curiosamente hay musulmanes que habitan en la zona mejor. Pero no pueden faltar las descripciones de Khadra de los espantosos y míseros lugares donde vive la población menos favorecida, hacinada y sin ninguna esperanza, acosándose los unos a los otros.

Me gustaría que Yasmina Khadra siguiera por su camino anteriormente trazado, que tanto beneficio ha provocado, por su testimonio.

Juan Carlos Eizaguirre
2.12.09

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