Sjöwall, Maj. Y Wahlöö, Per. Asesinato en el Savoy. RBA, 10. 265, páginas 17 euros
Es una novela negra escrita por dos periodistas suecos en 1970. Uno de los principales valores que posee es el de su relativa antigüedad. Estos dos escritores (que son hombre y mujer: Maj es ella y Per es él). Sí, a parte de su historia personal –se conocieron en 1961-, tuvieron la ingeniosa idea de escribir novela policíaca en su propia lengua. A los periodistas, supongo que a casi todos, les gusta escribir; no hace falta que trabajen en un periódico. Otra cosa es que después los críticos literarios se dispongan ha intentar discernir el famoso estilo periodístico, a favor o en contra; que ha beneficiado o perjudicado el mensaje que el escritor quería conducir; que, precisamente ese estilo con la capacidad de fabulación del criticado escritor, provocará una ensoñación onírica en todos los lectores; o el periodista debe deshacerse de esas lacras de una literatura de usar y tirar… y así, eternamente.
Pasando de esos prejuicios Maj y Per decidieron crear un magno proyecto literario. No sabemos si lo que ha visto la luz desde el año 1965 a 1975. Desde luego al español no se habían traducido RBA rescata ahora toda la obra literaria de estos escritores, que consistió en escribir una novela policíaca al año ambientada en su país y en su idioma. Diez novelas, de treinta capítulos cada una. Y así lo hicieron. Hasta el año 1975, que coincidió con la muerte de Per.
Su esposa no ha vuelto prácticamente a escribir desde entonces. Es una reconocida traductora.
Asesinato en el Savoy fue publicada justamente en la mitad del proyecto. Y hay que decir que la tarea que se impusieron estos dos escritores fue encomiable. Pero para hacer una “cata” en sus diez novelas y eligiendo Asesinato en el Savoy, vemos que posee una frescura, pero le acompaña un cierto candor. Me explicaré. Los personajes son arquetípicos y sin ningún vigor: parecen muñecos de algodón. Si a eso se le añade un argumento premioso y el lector adivina quién es el malo a la mitad de la lectura, pues ustedes mismos me dirán…
Efectivamente, y me duele decir esto, una novela de hace cuarenta años, escrita por dos buenos profesionales, puede ser despreciada en 2010, porque no ha superado el inclemente paso del tiempo.
Juan Carlos Eizaguirre
15.11.10
Es una novela negra escrita por dos periodistas suecos en 1970. Uno de los principales valores que posee es el de su relativa antigüedad. Estos dos escritores (que son hombre y mujer: Maj es ella y Per es él). Sí, a parte de su historia personal –se conocieron en 1961-, tuvieron la ingeniosa idea de escribir novela policíaca en su propia lengua. A los periodistas, supongo que a casi todos, les gusta escribir; no hace falta que trabajen en un periódico. Otra cosa es que después los críticos literarios se dispongan ha intentar discernir el famoso estilo periodístico, a favor o en contra; que ha beneficiado o perjudicado el mensaje que el escritor quería conducir; que, precisamente ese estilo con la capacidad de fabulación del criticado escritor, provocará una ensoñación onírica en todos los lectores; o el periodista debe deshacerse de esas lacras de una literatura de usar y tirar… y así, eternamente.
Pasando de esos prejuicios Maj y Per decidieron crear un magno proyecto literario. No sabemos si lo que ha visto la luz desde el año 1965 a 1975. Desde luego al español no se habían traducido RBA rescata ahora toda la obra literaria de estos escritores, que consistió en escribir una novela policíaca al año ambientada en su país y en su idioma. Diez novelas, de treinta capítulos cada una. Y así lo hicieron. Hasta el año 1975, que coincidió con la muerte de Per.
Su esposa no ha vuelto prácticamente a escribir desde entonces. Es una reconocida traductora.
Asesinato en el Savoy fue publicada justamente en la mitad del proyecto. Y hay que decir que la tarea que se impusieron estos dos escritores fue encomiable. Pero para hacer una “cata” en sus diez novelas y eligiendo Asesinato en el Savoy, vemos que posee una frescura, pero le acompaña un cierto candor. Me explicaré. Los personajes son arquetípicos y sin ningún vigor: parecen muñecos de algodón. Si a eso se le añade un argumento premioso y el lector adivina quién es el malo a la mitad de la lectura, pues ustedes mismos me dirán…
Efectivamente, y me duele decir esto, una novela de hace cuarenta años, escrita por dos buenos profesionales, puede ser despreciada en 2010, porque no ha superado el inclemente paso del tiempo.
Juan Carlos Eizaguirre
15.11.10
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