Wednesday, August 08, 2007

Fielding, Henry. LA HISTORIA DE TOM JONES, EL EXPÓSITO. Cátedra, 1997. 1195 páginas.

Walter Scott, dijo de Henry Fielding, que fue el “padre de la novela inglesa”. Es una frase acertada, y la presente novela es el ejemplo más singular de toda su obra.

Efectivamente, hasta finales del siglo XVII, la novela en Inglaterra pasa por un periodo de penuria, donde las narraciones sobre hechos bélicos y grandes gestas son los temas preferidos de los escritores. Pero con la aparición de TOM JONES, Fielding dará a la novela el tono realista y costumbrista, con personajes, digamos, de carne y hueso; héroes algunos, otros simples ciudadanos. De esta manera el autor nos muestra lo que de verdad es la sociedad de su tiempo, con sus sucesos grandes o insignificantes. La persona corriente se convierte en el principal protagonista y, por ello, la novela a partir de ahora, será un vehículo más cercano, más humano. Podría decirse en frase conocida que: la novela es el espejo de la vida

Antes de continuar, he de decir que este fenómeno artístico ya lo habíamos descubierto en España un siglo antes. Me refiero, naturalmente al Quijote de Miguel de Cervantes, aunque haya notables diferencias en la manera de seleccionar las tramas o los tipos de personajes. Dentro de unos días haré un breve comentario comparativo, al respecto.

En concreto, la diferencia más notable es la tendencia moralizante permanente del autor inglés. No podía ser de otro modo; nos encontramos en este siglo XVII y en los siguientes con el fenómeno del puritanismo anglicano, que trata de censurar las conductas que, según su criterio, son perniciosas. En ocasiones Fielding se nos muestra excesivamente puritano, aunque la trama de la novela y su exposición no ahorren escenas y situaciones moralmente reprobables.

La historia de Tom Jones es una historia de amor, en que las situaciones límite por las que pasarán el propio Tom y su prometida Sofía, junto con otros personajes, no dejarán indiferente al lector. Será atrapado por un complejo argumento, resuelto con pericia y claridad. También las descripciones psicológicas y de ambientes nos muestran la excelente pluma de Fielding, del que se puede decir que “le salió una novela redonda”. Un poco extensa, eso sí, pero que vale la pena ir degustándola poco a poco. Típico libro de mesilla de noche.


Juan Carlos Eizaguirre
8.8.07

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