Auster, Paul. UN HOMBRE EN LA OSCURIDAD. Anagrama, 2008. 207 páginas. 17 euros.
Paul Auster, Premio Príncipe de Asturias de las Letras, tiene una visión pesimista del mundo y sus circunstancias: la casualidad, el azar, el amor, la familia, la libertad…son los pilares donde se sustenta su cosmovisión. Pero hay algo que añadir: su sentido del humor, aunque yo lo llamaría ironía, que tiene un matiz más negativo. Después de esta afirmación con tono de censura, hay que afirmar que Auster es un gran escritor, uno de los mejores de USA en la actualidad. Posee la gran cualidad de serpentear con sus novelas haciendo de la narración un virtuosismo, pues es normal que en sus novelas haya otras enredadas, con personajes y temas muy distintos que, al final, se entrelazan. Y además los saltos que hace de un argumento a otro son casi imperceptibles para el lector: con una extremada suavidad nos conduce a cualquiera de los mundos que él ha creado. En este sentido se puede decir que UN HOMBRE EN LA OSCURIDAD es una pequeña joya literaria.
El protagonista principal es un veterano escritor viudo, que ha tenido un aparatoso accidente de coche y se está restableciendo en casa de su hija y de su nieta. Como no puede dormir por las noches, se dedica a inventar historias en su imaginación. Por ejemplo, nos traslada a una América convulsa, sometida a una guerra civil, donde no han sucumbido las Torres Gemelas, ni hay conflictos bélicos con Irak. Esta delirante fantasía le sirve de vehículo para exponer sus ideas antedichas. Pero donde más se refleja esto es en una larga conversación insomne con su nieta, donde salen mal parados el matrimonio o cualquier relación de pareja, aunque se ve que hace esfuerzos por distinguir la sexualidad del amor; la mala suerte que produce la casualidad y que sin embargo nos hace creernos en ocasiones culpables; o, al revés, la buena suerte ciega que no hemos merecido. En todo caso, Auster se cuestiona muy seriamente la falta de libertad del hombre y se revela contra eso.
Quizá sea una novela para un público adulto, interesado en el tema y con afición a la lectura, pues sus “enredos” temáticos pueden despistar a un lector poco rodado.
Juan Carlos Eizaguirre
8.10.08
Paul Auster, Premio Príncipe de Asturias de las Letras, tiene una visión pesimista del mundo y sus circunstancias: la casualidad, el azar, el amor, la familia, la libertad…son los pilares donde se sustenta su cosmovisión. Pero hay algo que añadir: su sentido del humor, aunque yo lo llamaría ironía, que tiene un matiz más negativo. Después de esta afirmación con tono de censura, hay que afirmar que Auster es un gran escritor, uno de los mejores de USA en la actualidad. Posee la gran cualidad de serpentear con sus novelas haciendo de la narración un virtuosismo, pues es normal que en sus novelas haya otras enredadas, con personajes y temas muy distintos que, al final, se entrelazan. Y además los saltos que hace de un argumento a otro son casi imperceptibles para el lector: con una extremada suavidad nos conduce a cualquiera de los mundos que él ha creado. En este sentido se puede decir que UN HOMBRE EN LA OSCURIDAD es una pequeña joya literaria.
El protagonista principal es un veterano escritor viudo, que ha tenido un aparatoso accidente de coche y se está restableciendo en casa de su hija y de su nieta. Como no puede dormir por las noches, se dedica a inventar historias en su imaginación. Por ejemplo, nos traslada a una América convulsa, sometida a una guerra civil, donde no han sucumbido las Torres Gemelas, ni hay conflictos bélicos con Irak. Esta delirante fantasía le sirve de vehículo para exponer sus ideas antedichas. Pero donde más se refleja esto es en una larga conversación insomne con su nieta, donde salen mal parados el matrimonio o cualquier relación de pareja, aunque se ve que hace esfuerzos por distinguir la sexualidad del amor; la mala suerte que produce la casualidad y que sin embargo nos hace creernos en ocasiones culpables; o, al revés, la buena suerte ciega que no hemos merecido. En todo caso, Auster se cuestiona muy seriamente la falta de libertad del hombre y se revela contra eso.
Quizá sea una novela para un público adulto, interesado en el tema y con afición a la lectura, pues sus “enredos” temáticos pueden despistar a un lector poco rodado.
Juan Carlos Eizaguirre
8.10.08
0 Comments:
Post a Comment
<< Home