Friday, June 12, 2009

Calderón, Reyes. El expediente Canaima. RBA, 09. 420 páginas. 18,50 euros

Últimamente son muy abundantes las ediciones de libros tipo trhiller escritas por españoles, algunas de gran éxito de ventas. He leído algunas, y opino que no se las debería llamar así. Más bien son novelas de intriga y acción con un sello español inconfundible, que más adelante explicaré. Ahora me limitaré a dar mi opinión de lo que es un thriller de estilo USA. Son obras sin duda inspiradas o consecuencia, del género negro americano: la acción es lo que prima en el argumento, en el guión y los diálogos; eso quiere decir que la velocidad de la trama resulta absorbente al lector, lo que es igual a un entretenimiento garantizado; los personajes parecen prefabricados, con unos sentimientos muy arquetípicos, con lo cual el lector no se sumirá en problemas familiares o profesionales o sociales… Estará en lo que está: en una acción de suspense que le hace ser un trapero del tiempo para sacar ratos extras para seguir leyendo.

El expediente Canaima es una buena novela de intriga y acción, pero no se escapa de poseer el antes denominado sello español. Y llamo sello español al inconfundible tono costumbrista que adorna la novela, los percances de la vida familiar, el carácter marcadamente femenino de la jueza MacHor, principal protagonista, y, por último los diálogos, tan nuestros.

Por tanto no se pueden, no se deben comparar ambos estilos de crear novelas. Cada cual que siga su camino. Aunque sí se puede afirmar que existe un marcado mimetismo de la novela española de este tipo respeto a la americana. Pero veo en ello una cuestión más bien de editoriales que de escritores.

En la estructura de esta novela en particular hay algunas cosas que no me gustan, que se pudieran haber hecho mejor si gran esfuerzo. La primera es una acción simultánea que no viene a cuento y que resulta aburrida, por más carga emocional que la autora le eche. Y además alternándola sistemáticamente con la verdadera novela, porque la anteriormente citada va desaparecer prácticamente. Me pone de los nervios esos saltos que no son flash back ni cambio de secuencia. Yo creo que Calderón trata de describir una apacible destino en provincias con el cambio que le espera en la Audiencia Nacional de Madrid y con el expediente Canaima. Pero se pasa. La narración se encharca. Y se encharca también describiendo su vida familiar.

Esto que he dicho en el párrafo de arriba es perfectamente opinable. Pero a mí no me gusta, qué le vamos a hacer. De todas formas la novela es muy buena; merece la pena; quizá le cueste un poco despegar, pero…


Juan Carlos Eizaguirre
11.6.09

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