Friday, May 31, 2013

Morley, Christopher. La librería ambulante. Editorial Periférica, 2012. 182 páginas

El autor norteamericano nace en 1957 y muere a los 67 años; no es conocido en España. Se le puede definir como un amante de los libros, además de un buen escritor. Aunque con poca creación literaria, sus dos principales novelas, la presente y La Biblioteca encantada, obtuvieron un gran éxito en los países de lengua inglesa. Si uno piensa en la difusión que tienen los libros recién editados en la actualidad, su veloz expansión de millones, hay que considerar que la obra de Morley está ubicada entre los años 1914 y 1940 (aproximadamente): el mundo no era entonces tan global.
 La biblioteca ambulante, de cierto estilo modernista (el de esa época y años anteriores), mezclado con una prosa sencilla, encaminada a lograr un ambiente costumbrista y lleno de sentido positivo ante la vida, no ha sucumbido ante el paso de los años. Es decir hoy día su lectura no chirría y resulta amena. Hay gente que suele decir con palabra antigua, que la novela es para engolfarse. Es decir: es una de esas manifestaciones artísticas donde la belleza convierte el tiempo en “un ente de razón, pero sin fundamento in re”. El tiempo pasa y pasa y, quizás leemos nuestra obra en un día o volvemos a un determinado museo, para admirar “aquella estatua” que nos admiró, o un determinada pintura…”
La biblioteca ambulante es de ésas. Helen y Andrew son dos hermanos, comenzando ya a entrar en años (40) que viven en el campo, cuidando una granja. Y de repente un personaje aparece en sus vidas: un vendedor ambulante de libros,  con una extravagante  carreta – casa – librería, arrastrada por una mula vieja pero buena, y un dudoso perro. Se trata del señor Mifflin y su Parnaso, nombre de la caravana atestada de libros. Un hombre emprendedor y parlanchín, conocedor de su mercancía y enamorado de ella. Este es el momento más desconcertante: como Andrew está en la ciudad, Helen aprovecha la ocasión y compra la caravana por 400 dólares a Mifflin y, abandonando por un tiempo el hogar, deja una carta a su hermano y se marcha con su recién adquirido Parnaso en pos de la fortuna por toda la comarca. Es ayudada por el señor Mifflin en un principio… Y ya no puedo seguir. Que lo hagan los futuros lectores. Disfrutarán.  
Nuestro novelista, Christopher Morley, vivió toda su vida para la literatura sin saberlo con precisión. Pues después de terminar sus estudios en una universidad de Pensilvania, se marchó a Oxford (Gran Bretaña), donde estuvo tres años estudiando Historia, para volver a su ciudad y comenzar tímidamente a escribir la novela que estamos analizando y recomendando. Ya poseía la experiencia de una obra anterior: John Misletoe, escrita en Inglaterra. Como casi todas las óperas primas, con bastantes tintes autobiográficos y fuertes experiencias vividas.
La librería ambulante es una muy recomendable novela, no sólo para disfrutar de ella, sino también para hacer propaganda o regalar… en fin… Yo no recibo comisiones: es que me gusta que la gente descanse (en ocasiones) leyendo, o adquiera una gran cultura sólo con el roce de algunos acertados y entretenidos libros.
Aviso importante: un niño o una niña no entenderían nada. Sí jóvenes desde antes de la adolescencia.

Juan Carlos Eizaguirre

30.5.13

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