Tuesday, April 16, 2013

Dalisay, José. Pasando el rato en un país cálido. Libros del Asteroide, 2012

Autor ampliamente conocido en el Sudeste Asiático. Filipino de nacimiento, ha vivido siempre en su país, salvo períodos en E. E. U. U. para doctorarse en inglés y sí poder seguir enseñando con más currículum el idioma de Shakespeare en la Universidad de Filipinas.
Nos encontramos en los últimos años del siglo XX. Siempre compaginó la enseñanza con la escritura. La publicidad sobre el escritor que viene a raudales en la contraportada y las solapas de cada libro, afirma que Pasando el rato en un país calido es la primera de sus dos novelas (por ahora), habiéndose dedicado antes a ensayos, relatos breves, teatro, etcétera.
No pretendo discutir, porque Jose Dalisay es un excelente escritor, y como tal a de ser tratado. Primero por la excelente acogida en el mundo anglosajón y un goteo de éxito en las ventas en países como el nuestro, un poco (mucho) alejados de la realidad filipina y su pasado reciente. Segundo: por la unánime buena acogida de la obra. Y tercero y más importante, la novela en sí; la calidad literaria con un comienzo fulgurante para, páginas después, retrotraerse y recordar una bella y trágica historia hasta la madurez.
Efectivamente, Noel (principal protagonista) está viajando a su país –Filipinas- desde Estados Unidos, que es donde trabaja. Su sensibilidad se encuentra a flor de piel, pues el motivo de su viaje es la muerte de su padre. Precisamente ese estado sensible le lleva a imbuirse en su pasado en su tierra natal: infancia, juventud en Manila, comunista contra el dictador, cárcel… Tal parece una autobiografía, pero no. Si leemos unas líneas más arriba, veremos que no es así. Lo que Dalisay pretende es construir la sufrida historia de su país desde la II Guerra Mundial hasta nuestros días. Filipinas ha prosperado (son tozudos trabajadores), pero posee aún grandes bolsas de pobreza casi extrema.
Nuestro escritor de hoy es un hombre ampliamente galardonado por su labor literaria y ensayística; un pensador con mucho peso intelectual en su patria. Opino que si sigue interesándose por el camino de la novela, su voz llegará más lejos. A todo el mundo.
No hay nada inconveniente; ni violencia extrema; todo es tratado con cortesía oriental. La trama es entretenida, pero aburrirá a más de un adolescente.


Juan Carlos Eizaguirre
22.3.13

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