Wednesday, February 09, 2011

Canin, Ethan. América, América. Salamandra, 10. 474 páginas.
La generación actual americana (digamos entre los años 1060 y nuestros días) esta ofreciendo al mundo de las letras un ramillete de excelentes escritores, sin dejar que exista solución de continuidad con los ya lejanos, Saroyan, Steinbeck, Tennessee Williams, o los más recientes, Virginia Woolf, Truman Capote, Ernest Hemingway... por citar algunos. El hecho es que las editoriales de nuestro país, desde hace algún tiempo han dejado en su “sitio” la novela de entretenimiento (thrillers, aventuras amorosas a de ruda violencia), para introducirse en la narrativa realista y convencional del mundo que les rodea. Emitir sus propias opiniones, muchas veces presentadas en la actitud y pensamiento de sus personajes y el fluir de los acontecimientos. Todo ello en un intento de describir (dibujar) su vida presentar una cierta crítica social; mala o buena o simplemente escribir por el placer de contar.

Estamos ante un trabajo que deja poso. No hay acritud en Ethan Canin en América, América. Más bien todo lo contrario. Corey Sifter es un muchacho de una familia humilde. Con el tiempo se convertirá en Director del periódico de su ciudad; una población campesina del Condado de Carroll que se encuentra a menos de doscientos kilómetros de New York. Debo decir antes que nada, que el autor juega con el tiempo. Resulta difícil –no me parece honorable por mi parte, hablar de una sutil utilización del flash back o del racconto.

Simplemente diré que hilvana las secuencias temporales admirable, impecablemente e introduce nuevos personajes… cómo diría…sin avisar. Es un genio. Sigo.

Corey Sifter recuerda su juventud, decenios atrás, y los trágicos sucesos que cambiaron su vida y la de su pueblo. Todo comenzó con la oferta de Liam Metarey, el magnate local, para realizar tareas de mantenimiento en su mansión. Tras ganarse la confianza de la familia gracias a su diligencia y discreción, Corey es testigo directo de las intrigas cuyo objetivo final es situar al senador Henry Bonwiller de Presidente de Los Estados Unidos de América. Pero cuando la campaña empieza a cobrar relevancia y virulencia, donde todos luchan para hundir a sus oponentes sin importarles sus consecuencias; en este “todo vale” el joven Sifter se ve envuelto en una sutil trama en la que el sexo y el escándalo entrarán en conflicto con la lealtad y el amor a la verdad.

Muchas veces, con buena o mala intención, se habla de la “América profunda”. Unas veces para describir gran números de Estados perdidos en la inmensidad de su territorio, con un nivel de desarrollo normal: granjeros y vaqueros que luchan por la vida. Y otras, para tratar de insultarlos, por su falta de cultura, sus modales bruscos, etcétera. Lo cierto es que E. E. U. U son la primera potencia del mundo. Un poco dominantes, esos sí, pero tienen que defenderse, como el piloto de Fórmula1 que lidera la carrera.

Lean América, América, les gustará. Además cuentan con intriga y un poco de acción para salpimentar el relato (retrato) de una de allí, que mueve (zarandea) a todos los americanos: las Elecciones.

Juan Carlos Eizaguirre
8.2.11

2 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Creo que me voy a animar, llevo tiempo pensando en retomar algun autor americano, que tengo abandonados, y ya he ledio un monton de buenas críticas de Canin, y en particular de este libro. Gracias.

12:35 PM  
Blogger Zimon de Elea said...

Gracias. Juan Carlos Eizaguirre

8:33 AM  

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