Friday, July 29, 2011

Evelyn Waugh. Oficiales y caballeros. Editorial Cátedra, 2010. 426 páginas

Evelyn Waugh, fue uno de los escritores ingleses que pasarán a la historia de la literatura. A pesar de haber transcurrido más de medio siglo de su fallecimiento en 1966, sus obras se siguen publicando en diversos idiomas. Y es que el vocablo “ameno”, utilizado como adjetivo, era una de las principales virtudes de su prosa. Nuestro hombre era un tipo simpático y alegre; no un frívolo superficial, pero gustaba de usar la fina ironía con pequeños polvillos se sosa cáustica que, por una parte hacían reír, pero por otra eran verdadero misiles a muchas personas y estamentos de la sociedad británica. Un hombre cercano y galante que era mejor tenerlo entre tus amigos o conocidos.

A mi juicio Retorno a Brideshead, fue un aldabonazo en el mundo literario de nuestro país en los años setenta. Sin embargo había sido escrita en 1945. Aprovechando el tirón del éxito, la Editorial Anagrama publicó varias obras suyas, de mucho menos calado que la antedicha, pero llenas de humor y una desenvoltura totalmente informal; no eran sus obras mejores para aterrizar, pero todos hicieron caja.

Poco a poco, el común de los mortales fuimos accediendo a Hombres en armas, Oficiales y caballeros que, junto con otra más, cuyo título no recuerdo, formó una excelente trilogía sobre la segunda guerra mundial.

Hombres en armas, la novela que nos ocupa, es un trabajo excelente de Waugh, donde esconde pudorosamente su facilidad crítica, sarcástica, para centrarse en la descripción de su país, Inglaterra, bajo la bota de los alemanes. Lo más reseñable es, para mi gusto, la descripción imperceptible de un extraordinario caos, con riesgo de muerte, donde no se pierde la serenidad y la flema británica. Realmente, para conseguir eso, e introducir en el ambiente al lector, es de alabar y reconocer por siempre, tal capacidad y dominio del idioma y del ingenio.

Habría que añadir que Waugh paga un coste por esta habilidad narrativa, pienso yo. El diálogo excesivo, en cuanto que cansa tanto mantener la tensión: quién es el que habla, dónde estamos… y sobre todo para una persona que no sea de las Islas: muchos personajes con sus nombres, apellidos, apodos… la locura.

No ofrece problemas para poder calificarlo con L. A-2, por aparecer alguna procacidad. Además, creo que a un adolescente le aburriría.

Juan Carlos Eizaguirre
26.7.11

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