Friday, July 29, 2011

Orwell, George. La hija del clérigo. Lumen, 2011. 361 páginas. 21,90 euros.

George Orwell comenzó a ser conocido en nuestro país, opino, tras la publicación en 1947 de una novela notable y con avisos catastrofistas: 1984. En ella, editada en España hacia finales de los setenta, principios de los ochenta, Orwell traza un mundo imaginario, sostenido por la ciencia ficción. No declara “proféticamente” que será el fin de la tierra, sino que más bien ocurrirán muchos males en nuestro mundo, que se verá aprisionado por políticas totalitarias… Y la verdad, ¡vaya siglo XX hemos tenido!

Pero como ésta no es la novela a comentar, si no la denominada La hija del clérigo, sigamos adelante. La escribió también muy cerca de sus últimos años de vida en 1950. Quizá lo primero que debemos destacar de este prolífico escritor su magistral modo de describir cualquier situación: el ambiente de la recogida del lúpulo, entre grosero, amargo y solidario; la caricatura o belleza de los personajes, los paisajes de la campiña inglesa y, así podríamos continuar, pero yo me atrevería a resumir que Orwell ha buscado, y encontrado, confeccionar una novela con aromas de la reciente escritura victoriana. En ella encontramos parecidos notables con Charles Dickens o Mary Ann Evans, por ejemplo, con la desdicha de una pobre muchacha, que por un malentendido debe abandonar su hogar en Suffolk. Tras una desdichada vida en el campo, pasará a ser maestra en Londres, de donde será rescatada…

A lo antedicho hay que añadir que su peso como escritor lo alcanzó, sin duda, con sus vigorosos ensayos, o a veces sinuosos y con una pizca de ironía… Y cerró su brillante carrera por este mundo con una serie de conferencias y escritos de opinión en los dos más prestigiosos periódicos británicos.

El era un intelectual de izquierdas (tipo inglés, claro); del partido laborista; un anglicano que no sabe donde está el fuego: por lo tanto, indiferente por fuera. Pero empeñó su vida luchando desde su puesto de batalla contra todo tipo de intrusismo de unos países en otros y, más que a los conservadores, temía más a las políticas dictatoriales de aquellos años. Recuerden que estamos hablando de los años 1920 a 1950.

Estamos acercándonos al final. Creo que también debo decirles que, a mi juicio, esta excelente obra está “como” dividida en tres partes. Quizá la primera sea los años de Suffolk, junto a su padre el pastor anglicano. La segunda está basada en Dorothy, la protagonista y heroína (aspectos góticos), la pobreza, el hambre y el desarraigo, teniendo que trabajar duramente ante patronos inmisericordes. En estas dos partes, la manera de componer de Orwell es muy dickensiana, si se puede escribir así. Aquí aparece con claridad la clase y el estilo de uno de los mejores escritores del realismo inglés de la primera mitad del siglo XX. Encontraremos esa parte al final, cuando su padre decide acogerla de nuevo, el ambiente, las conversaciones, se tornan más fluidas y con un sentido más profundo en el orden filosófico y religioso. El estilo gana en velocidad y en profundidad creadora. Tanto la conversión con el señor Warburton, que ha ido a buscarla a Londres, como el monólogo interior de ella en una la sala de la vicaría.

Hemos hablado de Orwell como prolífico y excelente escritor. Escasa fue su producción novelista. Tan solo tres novelas: 1984. La hija del clérigo. Rebelión en la granja. Aunque algunos estudiosos del tema dicen que solo 2.

Fue sobretodo, vuelvo a repetir, un excelente ensayista y periodista de reconocida fama. La muerte nos lo arrebató con sólo 47 años.

Juan Carlos Eizaguirre
21.7.11

1 Comments:

Blogger Carolinarome66635 said...

Bueno creo que las novelas que hablan sobre un mundo apocaliptico siempre pegan mucho jeje... Carolina - paginas web

1:11 PM  

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