Wednesday, April 22, 2009

Manzano, Carlos. Sombras de lo cotidiano. Mira Editores, 2008. 196 páginas.

Aunque todavía con una corta producción literaria, Carlos Manzano Parece un escritor inquieto, en busca de explicaciones a la vida, haciendo preguntas para las que no tiene respuesta. Así Matías, nuestro personaje, se moverá en un mundo caprichoso e incierto, aunque más bien habría que decir mundos en plural, pues el autor conduce a nuestro hombre por diversos escenarios que casi se podría decir que consigue en ocasiones (sobre todo al final) escribir una novela dentro de otra novela. Efectivamente, Matías, que es periodista y ha hecho algunos pinitos en la producción literaria, esta intrigado por un triple crimen sucedido hace tres años en Valladolid, con acusado confeso y cumpliendo condena. Le atrae este suceso porque nunca se halló un móvil; podría ser un buen reportaje de investigación.

Resumiendo: adelanta sus vacaciones y se traslada a Valladolid para investigar, pero en la ciudad castellana se va a encontrar con sorpresas que le apartarán del caso y otras que le abrirán vías de penetración. Conoce a una mujer de su edad, nada agraciada, con la que entabla relación. Y es aquí, a partir de este momento, donde la novela se desdobla: la investigación sigue su curso, por un lado, y por otro Matías se siente impelido a volcar todas sus dudas vitales a Remi, la extraña mujer con la que ha establecido relación.

Carlos Manzano, nos dibuja a dos personajes extraños en un mundo extraño. El amor, lo cotidiano, las relaciones con otras personas, la amistad, los afectos, el trabajo, la familia y un largo etcétera fluirán abundantemente en las conversaciones y en los razonamientos de esta pareja.

Sin embargo el autor carece de fuerza para exponer respuestas a las mil cuestiones que pone en boca de sus dos personajes. Es una pena. Tal vez en el amor es donde más se vuelca, aunque opino que confunde (o mezcla) la pasión amorosa con el simple sexo.

Y mientras tanto, Matías investigador decide ir a visitar a la asesina múltiple. Pero ésta rechaza su interés y le escribe una larga carta en la que admite todo lo que ya se sabe: que ella mató a los padres y al hijo de meses y que no sabe por qué; que lo tiene que pagar; y que está en paz con su conciencia. Agradece efusivamente a Matías el interés y le dice que es el único que le ha escrito queriendo visitarla e intentar entender lo que pasó.

Matías se hunde y casi abandona su investigación. De hecho, antes de concluir sus vacaciones se vuelve a su ciudad de origen. Y es allí donde el ingenio del autor da un fuerte tirón hacia arriba, salvando la novela de la mediocridad: semanas después de su vuelta le llega una carta de Remi con otra carta cerrada de la reclusa, en la que le cuenta toda la verdad sobre el triple asesinato. Ahí si que hay material para una buena novela; y Carlos Manzano nos la ha escrito a retazos.

Juan Carlos Eizaguirre
22.4.09

Tuesday, April 14, 2009

Watson, Winifred. El gran día de la señorita Pettigrew. ESPASA, 2008. 263 páginas. 20,90 euros.

Es la primera vez que se traduce al español esta novela de Winifred Watson; obra producida en Gran Bretaña en 1938. Los primeros años profesionales de la autora, nacida en 1906, estuvieron dedicados al trabajo de oficinista, hasta que siete años después decidió probar a se escritora, cosa que logró con notable éxito en los años 35 y 36 con dos novelas de corte dramático. Por eso, cuando en 1938 propuso editar esta novela en tono de comedia, sus editores no se mostraron de acuerdo en un principio; tardaron varios meses en dar su brazo a torcer. La novela obtuvo un notable éxito en Inglaterra, Estados Unidos y Europa Central. No se tradujo al español.

La producción literaria de Winifred Watson es corta, pues a los 37 años decidió dejar de escribir, y dedicarse por completo al cuidado de su familia. Gozó de una larga vida, falleciendo el año 2002.

Efectivamente tenían razón para dudar sus editores del cambio tan radical: después de dos obras dramáticas, intentar publicar una comedia con tonos atolondrados y superficiales, frívola a más no poder. Todo eso que he dicho ahora la he escrito en tono de alabanza, pues técnica que usa la escritora para crear un ambiente desenfadado y divertido.

Recordando a nuestro Ramón María del Valle Inclán, se podría decir que el Gran día de la señorita Pettigrew roza lo esperpéntico. La tal señorita es una dama de algo más de 40 años, sin oficio ni beneficio; buena persona, pero sin suerte en la vida, Por un error en la oficina de empleo es enviada a la casa de una cantante de moda, en vez de señora de la limpieza de una casa humilde. La cantante de moda, guapa y buena, pero un poco atolondrada recibe a Pettigrew justo en un momento de pelea con uno de sus novio. Ésta, que posee muy buenas cualidades para analizar el carácter de las personas y distinguir quien es quién en las situaciones límite, soluciona el problema de la muchacha y se ve enredada en su enmarañada vida, a cuyo tren de vida se incorpora cambiando incluso su propia imagen corporal.

El enredo está servido; porque de eso se trata; este aspecto es el que trata la autora con la máxima maestría: pasar de una situación a otra enredando la maraña de un argumento. Maraña que no se desenreda hasta la última página, que concluye con un final feliz.


Juan Carlos Eizaguirre
10.4.09

Friday, April 03, 2009

Sayers, Dorothy L. Los secretos de Oxford. Editorial Lumen, 2009. 600 pp. 25 euros

No estoy muy de acuerdo con el alborozo del crítico literario que en la contraportada exulta de satisfacción encumbrando esta novela a una de las mejores de todos los tiempos. Desde luego, comprendo que hay que vender el “producto”, pero no hay que confundir al lector.

Los secretos de Oxford es una buena y distinta novela policíaca. En ella la autora hace verdadera filigrana, encaje de bolillos con el argumento; transporta a los protagonistas más allá de la duda, ante los ojos sorprendidos del lector. Y la sorpresa no la provoca sólo el ingenio para fabular historias paralelas, sino también por el humor, la crítica ácida a un mundo donde sólo mandan los hombres y, con más mérito todavía, porque se trata de una novela coral y ningún personaje se le despinta.

Efectivamente, Harriet Vane, la famosa novelista y futura esposa del aristocrático detective lord Peter Wimsey, va a pasar unos días a su antiguo college de Oxford, con motivo de los actos académicos de la clausura del semestre de invierno. Estamos a principios de los años treinta.

Nada más llegar encuentra a toda la comunidad educativa revuelta. Alguien se está dedicando a enviar anónimos ofensivos e indecentes tanto a profesoras como a alumnas; también han aparecido pintadas en las paredes de los edificios de las aulas. Las sospechas comienzan a hacer capillitas o grupos más generosos en cuanto al número, incluso entre el claustro.

La llegada de Harriet con su fama de experta en crímenes, hace que todo el college le encargue indagar quién es la perturbada o rencorosa… Pero las cosas siguen igual, mejor dicho, van a peor.

Bueno, pues de este aparente arranque insustancial, confecciona una excelente novela, con todos los condimentos necesarios para que pueda calificarse como una novela policíaca clásica. Sayers fue una maestra de este género.

Juan Carlos Eizaguirre
1-4-09