Friday, October 24, 2008

Falcones, Ildefonso. LA CATEDRAL DEL MAR. Debolsillo, 2008. 470 páginas. 11,90 euros.

No sería la primera vez que, en la historia de la literatura, una ópera prima sea la mejor novela de un escritor… o la única que escribió y pasó al elenco de los famosos.

Me parece que no es del todo así con la obra de Ildefonso Falcones, LA CATEDRAL DEL MAR; y lo digo sabiendo su éxito de ventas desde su aparición en 2006. Personalmente, me resistí a leerla en su día, porque pensé que era un poco abusivo el soporte publicitario; me parecía más una novela hecha para ser vendida, que hecha por amor a la literatura y a unas ideas… las que sean. Pero el paso del tiempo y el índice de ventas me animaron a comprar, en edición de bolsillo esta obra que, sin ser un monumento literario no está mal.

No está mal porque es una novela de aventuras, apta para cualquier público, sobre todo si es poco exigente. He hecho esta última afirmación porque observo deficiencias en el estilo, poco elaborado, sin expresividad (sus personajes me resultan “personajes verbales”: muy esteriotipados y con poca fuerza). Esta afirmación puede parecer contradictoria si, líneas arriba he dicho que la novela no esta mal. Pero resulta que la salva del naufragio literario su tono coloquial, que pretende entretener con una lectura fácil. Por eso he afirmado que todos pueden leer este trabajo que es un conjunto de aventuras desarrolladas en la Barcelona de la segunda mitad del siglo XIV.

La historia o, mejor dicho, las historias giran en torno al hijo de un rico hacendado, que se ve obligado a huir del señor feudal al que debe vasallaje, y refugiarse en Barcelona, donde le ocurrirán mil una peripecias de lo más variado, enlazadas con más dinamismo que verosimilitud. La verdad: resulta que entretiene a pesar de sus defectos de un escritor todavía poco curtido.

No se debe calificar este trabajo como novela histórica, aunque tiene un pequeño marco histórico en el reinado de Pedro IV, el Ceremonioso de Aragón, pero no hay rigor de autenticidad.

Pienso que no habrá causado agrado a lectores católicos, pues acude a los tópicas de rigor para hablar de la Inquisición o para criticar como embuste algunas verdades de fe.

Por otra parte son excesivas y exageradas las críticas religiosas, sociales, las descripciones eróticas: es como si Ildefonso Falcones considerara necesario captar a un público fácil con esa carnada cuando, por sí misma, la novela tiene sus elementos clásicos que la han encumbrado (quizá demasiado) a lo más alto de la literatura española actual.



Juan Carlos Eizaguirre
24.10.08

Thursday, October 16, 2008

Boyne, John. MOTÍN EN LA BOUNTY. Salamandra, 2008. 473 páginas. 20 euros.

John Boyne ha vuelto a acertar. Después del éxito de EL NIÑO CON EL PIJAMA DE RAYAS (éxito que todavía dura) este escritor nos sorprende con un enfoque novedoso de tratar el tema, tristemente célebre, de la fragata La Bounty. En vez de las tediosas novelas e incluso películas sobre el tema: todas alrededor de un consejo de guerra, Boyne se ha servido de la bibliografía al respecto y de las transcripciones de los distintos juicios que se celebraron, para confeccionar una historia de aventuras con las vicisitudes que el mencionado barco padeció entre los años 1787 y 1788, intentando cumplir con las órdenes del Almirantazgo Británico que le llevaban a Tahití.

Obviamente las venturas y desventuras que describe son ciertas; no así la mayoría de los personajes a los que pone nombres y apellidos. Es un modo habitual de las novelas históricas: fabular un entorno de personajes y escenarios de ficción donde sustentar la verdadera historia. Podríamos decir que se trata de una licencia literaria.

Estamos ante un trabajo donde lo que más cabe destacar, a mi entender, es la capacidad narrativa de Boyne: con su gran capacidad para recrear ambientes y caracteres psicológicos; la habilidad para originar tensión constante en el argumento a la par que misterio y angustia. Tal parece que sea un escritor experimentado, cuando en realidad es un hombre joven, con muy pocas obras en su haber.

Por eso no me cansaré de mencionar esas cualidades, que hacen que el lector se introduzca de pleno en La Bounty, en las intrigas de las playas de Tahití, o en el pequeño bote con que el Capitán Bligh y los marineros no amotinados llegan, en una verdadera Odisea, a Timor y después a Inglaterra.

La obra está narrada en primero persona; son las memorias del joven criado del Capitán Bligh, John Jacob Turnstile, que se ve impelido a embarcarse en la famosa fragata huyendo de la justicia, pues con sus quince años era ya un experimentado ratero. El viaje cambiará por completo su vida.

Quizá pueda chocar al lector la utilización (en muchas ocasiones) de un lenguaje soez, incluso frases procaces. Pienso que Boyne ha juzgado oportuno escribir a veces así por, digámoslo de esta manera, necesidades del guión: para hacer más conciente al lector que los marineros y oficiales de La Bounty lo pasaron canutas intentando cumplir su especial misión en Oceanía.



Juan Carlos Eizaguirre
16.10.08.

Wednesday, October 08, 2008

Lapierre, Dominique. UN ARCO IRIS EN LA NOCHE. Planeta, 2008. 423 páginas. 22,50 euros.

Dominique Lapierre es famoso por sus libros de lo que, podríamos llamar, novelas reportaje. Efectivamente con un estilo ágil y periodístico va introduciendo al lector en la historia epopéyica de Sudáfrica, de la que hablaremos más abajo. Ahora centrémonos en el autor y cómo ha podido conseguir crear una obra tan fantásticamente elaborada. Ciertamente, el trabajo de una rigurosa investigación caracteriza las novelas de Lapierre. Reitero que es un trabajo de alta cualificación: decir esto no es echar cohetes al aire en alabanza al escritor; se trata simplemente de hojear el libro y ver las fuentes que ha utilizado, la bibliografía empleada, el índice onomástico y, en fin, certificar la realidad de la existencia de los personajes y hechos que narra; incluso diciendo qué hacen, dónde están, en la actualidad.

Si a esto le añadimos lo dicho en estas primeras líneas sobre su estilo impecable y atractivo, donde abunda la sencillez expositiva y, como no podía ser de otra forma, la cruda realidad sangrante de ese país desde antes incluso de su fundación; si le añadimos esto, repito, el libro resulta amenísimo. Es de esos que los críticos literarios dicen que “atrapa” al lector desde la primera línea hasta el final. Sí, señor. Así es.

La novela reportaje de Lapierre sigue una secuencia cronológica estricta; comenzando por los motivos que animaron a Holanda a crear, no una colonia, sino un pequeño espacio de terreno, para cultivar verduras y fruta, que se vendían a los barcos de la flota comercial de Holanda, para que sus tripulantes no enfermaran de escorbuto. Por cierto la flota comercial más importante del mundo a mediados del siglo XVI.

Pero las cosas se complican. Hay ambiciosos colonos que se adentran en el Continente con el fin de establecerse y conquistar un país para Holanda. Y hay más: el descubrimiento de brillantes y oro, que atrae no sólo a los holandeses, sino, principalmente a los ingleses y al resto de los países ricos del planeta entonces. Lógicamente el contacto con los aborígenes negros es inevitable; y el intento de sometimiento comienza a producirse, toda vez que los fanáticos colonizadores se consideran una raza superior, siendo los negros un subproducto de la humanidad.

Mucho derramamiento de sangre por ambas partes, hasta llegar al colmo del “apartheid”, verdadero sistema dictatorial inicuo que esclaviza a la población indígena, privándola de todos sus derechos.

Pero hay un final feliz. Feliz hasta cierto punto porque, en realidad, Sudáfrica está todavía restañando las heridas de cuatro siglos de barbarie y violencia.


Juan Carlos Eizaguirre
8.10.08
Auster, Paul. UN HOMBRE EN LA OSCURIDAD. Anagrama, 2008. 207 páginas. 17 euros.

Paul Auster, Premio Príncipe de Asturias de las Letras, tiene una visión pesimista del mundo y sus circunstancias: la casualidad, el azar, el amor, la familia, la libertad…son los pilares donde se sustenta su cosmovisión. Pero hay algo que añadir: su sentido del humor, aunque yo lo llamaría ironía, que tiene un matiz más negativo. Después de esta afirmación con tono de censura, hay que afirmar que Auster es un gran escritor, uno de los mejores de USA en la actualidad. Posee la gran cualidad de serpentear con sus novelas haciendo de la narración un virtuosismo, pues es normal que en sus novelas haya otras enredadas, con personajes y temas muy distintos que, al final, se entrelazan. Y además los saltos que hace de un argumento a otro son casi imperceptibles para el lector: con una extremada suavidad nos conduce a cualquiera de los mundos que él ha creado. En este sentido se puede decir que UN HOMBRE EN LA OSCURIDAD es una pequeña joya literaria.

El protagonista principal es un veterano escritor viudo, que ha tenido un aparatoso accidente de coche y se está restableciendo en casa de su hija y de su nieta. Como no puede dormir por las noches, se dedica a inventar historias en su imaginación. Por ejemplo, nos traslada a una América convulsa, sometida a una guerra civil, donde no han sucumbido las Torres Gemelas, ni hay conflictos bélicos con Irak. Esta delirante fantasía le sirve de vehículo para exponer sus ideas antedichas. Pero donde más se refleja esto es en una larga conversación insomne con su nieta, donde salen mal parados el matrimonio o cualquier relación de pareja, aunque se ve que hace esfuerzos por distinguir la sexualidad del amor; la mala suerte que produce la casualidad y que sin embargo nos hace creernos en ocasiones culpables; o, al revés, la buena suerte ciega que no hemos merecido. En todo caso, Auster se cuestiona muy seriamente la falta de libertad del hombre y se revela contra eso.

Quizá sea una novela para un público adulto, interesado en el tema y con afición a la lectura, pues sus “enredos” temáticos pueden despistar a un lector poco rodado.


Juan Carlos Eizaguirre
8.10.08

Monday, October 06, 2008

Connolly, John LOS ATORMENTADOS. Tusquets, 2008. 425 páginas. 20 euros.

Connolly ha sacado de su chistera literaria una novela negra de las de antes, de las buenas, quiero decir; hoy en día es mucho el “material” que se pregona como novela policíaca, cuando en realidad no son más que novelas de aventuras, con más o menos acción, con más o menos violencia…

Sin embargo LOS ATORMENTADOS está escrita con una fuerza y un vigor, que nos transporta a las novelas negras de la primera mitad de siglo veinte, en que los policías son, casi en su totalidad, los malos, mientras que un pobre detective privado lleva el peso de una investigación encargada por un dudoso cliente; investigación que le llevará en ocasiones a trabajar fuera de la ley, aunque finalmente todo se resuelva bien, aunque con cierto regusto amargo de: “la vida sigue”.

En el libro que nos ocupa, el detective privado Parker es contratado por una mujer que le encarga protegerla del acoso de un individuo que pregunta por el padre de ella, fallecido hace cuatro años, pero que el acosador sospecha que vive y que se ha escondido. Toda la trama gira entorno a los abusos sexuales a menores, pero Conoly ha tenido el acierto, la delicadeza, el sentido común (como no podía ser de otra manera), de no incurrir en defectos formales describiendo esas atrocidades. Pasa como de puntillas por los graves hechos ahora mencionados; de esta manera el argumento no pierde ni un ápice de fuerza. Fuerza que se encuentra en primer lugar en el propio detective Parker, protagonista principal; una especie de antihéroe, con problemas familiares, pero duro y certero en su trabajo, al que no se le hurtarán peligros sin cuento, incluso el de su propia vida.

Connolly, que es un gran narrador, que describe caracteres y personajes, junto con sus comportamientos, excepcionalmente bien; posee también la capacidad de fabular, y organizar una trama compleja pero sencillamente explicada y resuelta. El lector no tiene más que dejarse llevar, y verá cómo toda la maraña de intriga se va empatando hasta formar un tapiz luminoso.

Y un último aspecto a reseñar, y que el autor se saca de la manga, consiguiendo sorprende al lector; me refiero al mundo esotérico, al mundo de los fantasmas de las personas asesinadas que acosan a sus ejecutores y tratan de advertir al detective. Es algo que Conoly deja como apuntado, sin profundizar en ello, pero que contribuye a tensionar más la intriga.



Juan Carlos Eizaguirre
6.10.08

Friday, October 03, 2008

Dickens, Charles. DAVID COPPERFIELD. Espasa. Colección Austral, 1999. 1.072 páginas.

Charles Dickens (1812 – 1870) quizá sea uno de los mejores escritores de todos los tiempos; y DAVID COPPERFIELD su mejor novela. Desde luego muchos han sido los escritores que se han inspirado en su forma revolucionaria de novelar, como pueden ser Chesterton, Nobokov o Kafka. Sus obras no pierden juventud con el paso de los años, y se cuentan por millones sus seguidores en todo el mundo. Bien es verdad que el tono melodramático de sus argumentos puede provocar rechazos en algunos lectores, más aficionados a un estilo más crítico y realista. ¿Pero acaso no son las novelas de Dickens feroces críticas de la sociedad inglesa de su tiempo? ¿No es el amor la máquina que mueve el mundo? Por supuesto que sí. Nada hay en nuestro autor que pueda ser tachado de creador de obras infantiles o ñoñas, nada hay de frívolo o superfluo. Se trata, más bien, de todo lo contrario: si la literatura es, como se dice, el espejo de la vida, Dickens es un gran espejo donde mediante sus escritos retrata hasta los más finos perfiles de la sociedad del siglo XIX.

DAVID COPPERFIELD es una novela extensa, pero que se lee con fruición, porque atrapa al lector desde sus primeras líneas. Hay críticos literarios que afirman que no es la mejor obra del autor; sí una de las mejores; da igual. Lo que sí es cierto es que fue una de las novelas más queridas por su autor, quizá porque haya muchos tintes autobiográficos.

Efectivamente, en la obra que tratamos se observan muchos paralelismos entre el principal protagonista (David) y su autor. Una corta infancia cuajada de buenos y tiernos momentos, que se ve truncada por la desgracia de la pobreza; unos duros años de juventud, paseando su soledad por las calles de Londres; y una posterior lucha por la vida, a la que acompañará el triunfo como escritor y un reconocimiento de su calidad literaria en todos los ambientes. Así fue, en rasgos generales la vida de Dickens, y así fue también la vida (adornada de ficción) de David Copperfield.

Me parece que ya nos hemos extendido suficientemente en cuanto al argumento y las motivaciones del escritor. Veamos ahora su forma de narrar. Simplemente dejaría apuntados algunos aspectos. Quizá el primero podría ser la sencillez y claridad expositiva, con un lenguaje de la calle; después, la capacidad fabuladora, que somete a los protagonistas en mil y una aventuras: unas para bien, y otras para mal: tal y como es la vida. Y no debemos olvidar su galería de personajes, tan bien creados, descritos, y sus formas de hablar y de actuar. Dickens es admirado por esa capacidad creadora de personajes atrayentes, que poseen una fuerza y un vigor notables.

Es una novela larga, sí. Pero merece la pena leerla y, además a cualquier edad.

Juan Carlos Eizaguirre
29.9.08