Monday, November 24, 2008

Hawthorne, Nathaniel. LA CASA DE LOS SIETE TEJADOS. Mondadori, 2008. 353 páginas. 23,90 euros.
Junto a Herman Melville, Nathaniel Hawthorne es el padre de la novela norteamericana. Quizá Melville sea más conocido por el gran público, debido a su famosa obra, Moby Dick, por dos veces llevada al cine. Sin embargo las obras de los dos autores son lectura obligatoria para los jóvenes estudiantes en Norteamérica. Estamos escribiendo sobre unas novelas escritas a mediados del siglo XIX, lo cual nos indica la rápida madurez de la novela en USA, donde en estos momentos cuenta con una pléyade de escritores de gran fama. Pensemos, sobre todo en el siglo XX.
LA CASA DE LOS SIETE TEJADOS cuenta la historia de una casa maldita. A finales del siglo XVII, en una pequeña localidad de Nueva Inglaterra, el coronel Pyncheon, de formación puritana, decide construirse una gran mansión en el lugar donde antes estaba la cabaña de Mathew Maule, que presentan como hombre turbio, y que fue conducido al cadalso a causa de acusaciones de brujería. El coronel, que preside el juicio condenatorio, no puede disimular unas intenciones torcidas, con ánimo de apoderarse del terreno de Maule. El día de la inauguración de la imponente casa, el coronel muere repentinamente.
“Dios le dará sangre para beber”. Esta frase, pronunciada por Mathew Maule al ser ajusticiado, es el foco que ilumina todas las escenas. Hay una maldición y, por tanto, un fatalismo que hará mella en las siguientes generaciones. Los personajes son actores de un drama social que va mostrando la ridiculez de las posturas engreídas que desprecian a las personas humildes, que piensan y obran con libertad, es decir, fuera del orden puritano establecido. Al mismo tiempo, la calidad de la prosa de Hawthorne destaca también el encanto de lo espontáneo, de la expresión personal libre, de las buenas obras e, incluso, de la piedad y seriedad religiosa realizadas con sincera espiritualidad.
El argumento se desarrolla de forma natural, aunque en ocasiones el escritor se recrea en prolijas descripciones, que empantanan un poco la línea argumental; pero es tal su maestría estilística, que se lee con gusto. Hawthone escribe con un rico vocabulario descriptivo y en todo momento se ve el fondo de humor o ironía en los casos que en los que subraya el error de conducta de los personajes. Las aventuras, peripecias, conversaciones y recorridos mentales de los personajes tienen diferentes niveles de comprensión: el liso y llano de la emoción de los sucesos, el crítico social –velado, pero incisivo– y el filosófico. Todos ellos representados por amables o siniestros personajes, que de todo hay en la historia de las sucesivas generaciones de Pyncheon hasta 1850, fecha en que el autor escribió su novela.
No es una lectura infantil. La veo más apta para personas adultas e, incluso, jóvenes aficionados a la lectura, pues como he dicho más arriba, Hawthorn hace muchos análisis psicológicos y de ambientes físicos, que a una persona joven le pueden “cargar” un poco.


Monday, November 17, 2008

Connolly, John. TODO LO QUE MUERE. Tusquets, 2008. 426 páginas, 19 euros

Se tata de la primera obra del autor, editada en España en 2004. Le han seguido sucesivas ediciones hasta llegar al presente año. Continua vendiéndose muy bien, por la sencilla razón de que Connolly es un excelente escritor, con una capacidad para generar historias policíacas notable. Además, este género, junto a otras novelas de acción pero distintas, es lo que demanda el mercado. Triste es decirlo, pero es así. Obras de más enjundia están reservadas para lectores más exigentes, pero éstos son una minoría, en comparación con los seguidores de los llamados a priori best seller, donde prima la acción rápida y sucesiva; con poco peso ideológico, trascendente o de crítica social.

Antes de seguir con este comentario, he de decir que he disfrutado con esta novela de Connolly. Y es que cada libro tiene su momento en los que dedicamos algunas horas a la semana a hacer crítica literaria. Sin embargo, un lector corriente busca el tipo de novela que más cuadre a sus gustos y de ahí no se mueve, siguiendo con fidelidad a un escritor o a un grupo de escritores que traten temas similares.

He dicho antes que la obra de Connolly me ha gustado. En primer lugar, por ser una ópera prima que le ha salido redonda y no es de extrañar que se haya abierto paso en el mercado del libro de una manera contundente.

Es redonda esta novela por su ingeniosa trama, a veces excesivamente cruenta y detallista. Si el policía Charlie Parker, principal protagonista, no se hubiera emborrachado aquella noche y marchado a un bar para seguir bebiendo, su mujer e hija seguirían viviendo. Efectivamente, cuando Parker regresa a su casa encuentra a su familia atrozmente asesinada por un sádico homicida en serie. Mucho cambiará nuestro protagonista con este suceso. Primero dejará de beber drásticamente y, luego, se dedicará en cuerpo y alma a buscar al asesino, incurriendo en métodos no legítimos que le conducirán a dejar la policía para, meses más tarde, convertirse en detective privado.
Este es el comienzo, pero más sorprendente es el final.

Debo advertir al lector que estamos ante una novela dura. Dura sobre todo por las prolijas descripciones del estado de las víctimas; y el también excesivo número de asesinatos, las descripciones sórdidas, los ambientes cargados de olor a muerte y putrefacción, los fantasmas de los muertos... En fin una carga emocional brutal.

Pero a los adictos a la novela policíaca de verdad les satisfará su lectura. De hecho, a cuatro años de su primera edición, todavía tiene poder en el mercado editorial.


Juan Carlos Eizaguirre
17.11.08

Tuesday, November 11, 2008

Connolly, John. EL PODER DE LAS TINIEBLAS. Tusquets, 2008. 400 páginas, 9,95 euros.

EL PODER DE LAS TINIEBLAS se edito por primera vez en España el año 2004. Pues bien, en el 2008 está todavía en las listas de libros más vendidos. Si a eso le añadimos que esta novela en concreto no es de las mejores del autor, se puede deducir que lo que el público va buscando es al escritor y no tanto a sus trabajos. Lo digo en tono positivo: Connolly se está convirtiendo en un escritor de referencia para aquellos que les guste la novela policíaca al cien por cien.

Sin ir más lejos su ópera prima TODO LO QUE MUERE, es de una calidad literaria poco corriente en escritores que comienzan su andadura profesional. Por supuesto es mucho mejor que la novela que ahora nos ocupa. Pero es que además toda su obra reciente (ATORMENTADOS, por ejemplo) brilla a gran altura; y se ha permitido escribir, este autor de argumentos duros, implacables, llenos de violencia y de cierto esoterismo, se ha permitido escribir, repito, una serie de cuentos para niños.

Por qué he afirmado al principio de esta reseña que no estamos ante una excelente novela; pues porque, me atrevería a decir, que al autor se le “va la mano” en su arcaduz argumental. Es decir: excesiva y no verosímil violencia, con recreación morbosa en ella, así como cebarse en su protagonista Charlie Parker, un antihéroe, haciéndonoslo ver como un hombre brutal y con una carga erótica poco creíble. En general, Charlie Parker es tratado por su creador con mucho mimo y esmero en sus otras novelas. Choca, por tanto, verle metido en una dinámica de asesinatos más propios de una persona perturbada que de un detective privado con, eso sí, muchos problemas personales, pero que sabe ponerlos en su lugar cuando trabaja en aras de la justicia, persiguiendo el mal.

Por otro lado, Connolly hace alarde de su capacidad fabuladora, con una línea argumental compleja que, poco a poco va desmontando. El lector sólo debe dejarse llevar. Este virtuosismo concreto nos indica que Connolly es un gran escritor, que narra sus obras con maestría, convicción y pericia. Un autor, por tanto muy recomendable para hacer un regalo en Navidad, por ejemplo.

Juan Carlos Eizaguirre
10.11.08

Monday, November 03, 2008

O ´Brian, Michel D. EL PADRE ELÍAS. UN APOCALIPSIS Libroslibres, 2008. 636 páginas. 20 euros

EL PADRE ELÍAS se editó en España por primera vez el año 2006. Ha sido tal éxito de crítica y público, que continúa vendiéndose hasta la fecha. Se trata de una saga de seis novelas de género apocalíptico, titulada HIJOS DE LOS ÚLTIMOS DÍAS. La presente novela es la cuarta. Aunque es un best seller, el lector no debe esperar de ella una acción trepidante como las hay, superficiales, pero que llenan los escaparates. Estamos, eso sí, ante un thriller religioso, pero no al uso. Hay mucha acción e incertidumbre, pero también introspección y mucho diálogo. Diálogos por cierto, que son una delicia, tanto por su composición, como por su contenido.

No cae el autor en los tópicos al uso de papas corruptos e intrigas eclesiásticas, para hacerse con el poder mundial. Aquí se pinta algo más real: una Iglesia Católica perseguida por los poderes públicos, que han ido concentrándose en una sola persona, carismática, conciliadora y ambigua. Al menos esas son las apariencias externas de este personaje, llamado el Presidente, pero que resulta ser un apasionado colaborador de las fuerzas del mal.

Ignoro cuál será el sonido de la trompeta en los últimos días, pues de esta saga sólo se han traducido al español dos de las seis que la componen. Por cierto que esa segunda novela titulada EL LIBRERO DE VARSOVIA, es más introspectiva y está llena de diálogos de gran profundidad intelectual y religiosa, aunque la editorial se haya empeñado en venderla como un thriller; es más bien, una novela que busca el diálogo entre la fe y la razón, y que está admirablemente bien escrita y sin fanatismos en ningún sentido. Pero volvamos a la obra que nos ocupa.

Un monje hebreo, antiguo ministro del estado de Israel y converso luego, es llamado al Vaticano para desarrollar una delicadísima misión: descubrir si el Presidente, ese líder mundial, es el Anticristo e intentar controlar su creciente y maligna influencia.

Al autor no le duelen prendas al describir la situación mundial en el aspecto religioso, incluida la Iglesia Católica, que resulta perfectamente reconocible, en la que impera un laicismo de salón que va, poco a poco, minando la unidad en el terreno religioso y moral. Aunque algo desmedida, la novela contiene acción, dramatismo y una gran dosis de acertado análisis teológico de las circunstancias actuales, que hacen que se lea con interés y cierta angustia.

En resumidas cuentas, una excelente novela, más apta para público hecho a las grandes obras literarias e interesados en le tema.


Juan Carlos Eizaguirre
3.11.08