Wednesday, December 26, 2007

Némirovsky, Irène. EL ARDOR DE LA SANGRE. Salamandra, 2007. 158 páginas. 12,50 euros.

Me parece a mí que, aprovechando “el tirón” de SUITE FRANCESA, los editores han aprovechado la aparición de un manuscrito entre los papeles de su primer editor, para publicar EL ARDOR DE LA SANGRE, a bombo y platillo. Una novela corta que me parece inacabada, por lo menos en el sentido de lo que podríamos llamar “repasos finales o una última relectura”.

La impresión de que estamos ante una obra de menos rango literario, puede ser una apreciación demasiado subjetiva de este comentarista; pero sin embargo no puedo dejar de compararla con el resto de la producción de la escritora, y el resultado es, a ojos vista, notablemente inferior.

No dejan por ello de aparecer los temas preferidos (casi obsesivamente) de Némirovsky, fruto de una infancia y juventud no demasiada afortunada a nivel familiar y sentimental.
Tales son: vidas truncadas, amores ocultos por el paso de los años, la fidelidad y el compromiso, los aspectos trágicos de la vida...

Estamos ante una novela rural donde, aparentemente no sucede nada, pero tras el manto de esa aparente tranquilidad, subyacen viejas pero activas pasiones juveniles. Es lo que la autora denomina como el “ardor de la sangre”, que en cualquier momento puede rebullir y cambiar el curso del aparente sosiego de unas vidas ya cercanas al ocaso.

Por otro lado, no cabe duda de que la autora puso su habitual pasión y vehemencia para dar a la luz esta novela, envuelta en una aparente normalidad o, mejor dicho, tranquilidad. El ritmo del relato no decae en ningún momento, hasta llevarnos a un final explosivo y sorprendente, donde se aúnan la frialdad de la madurez, con el fuego pasional de la juventud ya lejana... pero sólo en el tiempo.


Juan Carlos Eizaguirre
26.12.07

Friday, December 21, 2007

Clark, Susanna. LAS DAMAS DE GRACE ADIEU. Salamandra, 2007. 250 páginas. 15 euros.

Se trata de una serie de narraciones cortas, siempre en el mundo de lo mágico. El libro tiene fuerza, incluso una fuerza impropia para un relato corto: es que estamos ante una extraordinaria escritora, y es precisamente eso, la belleza del estilo, lo que hace que este trabajo sea bien recibido. He hecho este circunloquio para decir, eso sí, con todo respeto, que esta obra parece estar hecha contracorriente: escribir algo para entretener a sus incondicionales lectores, que somos muchos.

Vayamos con orden. La novela JONATHAN STRANGE Y EL SEÑOR NORREL fue la primera obra de Susanna Clark. Obra que le llevó diez años en confeccionarla. El resultado fue una maravilla: más de cien millones de ejemplares vendidos, traducida a más de treinta idiomas, multitud de premios, y el salto al cine.

Por eso se puede hablar de decepción al encontrarse con este segundo trabajo, que no le llega a la suela de los zapatos a la ópera prima.

Confía que esta gran escritora estará preparando otra (o varias) novelas de la categoría de la primera. Le llevó su tiempo, pero el resultado fue el de todos conocido: un rotundo éxito, como de seguro seguirá cosechando en posteriores obras.

Un último apunte: no he pretendido minusvalorar este trabajo de Clark, sino ponerlo en el lugar que le corresponde; los relatos están deliciosamente escritos, pero les falta la fuerza de una trama argumental con garra, interés y ubicarla en la Historia. Esto último lo hace de maravilla. En este sentido se le criticó, pues algunos opinaban que la obra JONATHAN STRANGE Y EL SEÑOR NORREL era excesivamente extensa. Pero la respuesta de los críticos fue unánime: ¿Y qué si es larga la novela, si está escrita de maravilla?

Juan Carlos Eizaguirre
19.12.07

Monday, December 17, 2007

Auster, Paul. LA VIDA INTERIOR DE MARTIN FROST. Anagrama, 2007. 120 pp.

Los aficionados a la buena literatura son testigos de la profusión con que está publicando últimamente Paul Auster. Y ello es bueno. Pero también tiene algo de malo: se podría explicar con el refrán de “quien mucho abarca poco aprieta”. Algo de esto le pasa a nuestro autor, Premio Príncipe de Asturias de la Letras. Hay un cierto aspecto inacabado en sus últimas obras; si bien es verdad que Auster es un escritor de calado, obsesionado por la existencia del ser humano y sus limitaciones; o su grandeza o vileza en las relaciones interpersonales; el futuro de ahora y de después… Tales interrogantes no son de fácil contestación; por ello pienso que este autor deja las novela abiertas por dos motivos: que el lector piense. Y para volver a tratar el tema en un posterior trabajo.

LA VIDA INTERIOR DE MARTIN FROST está compuesta como un guión cinematográfico pues, de hecho se trata de una película que el autor rodó hace un tiempo. A pesar del formato rígido de un trabajo así, se puede apreciar la excelente pluma del autor, tan directo y certero, como convencido de las opiniones que vierte en sus escritos.

Sabe captar la atención y el interés del lector; en esta ocasión con una entrevista, en la que explica los momentos dulces y amargos de la producción del film. Soltura y gracia.

¿Qué nos quiere decir Auster a través de este guión cinematográfico? Desde luego profundizar en la condición humana, reflexionar sobre la voluntad y el azar, sobre la responsabilidad de los propios actos, la capacidad de ser libre…

En esta ocasión el arma del surrealismo es empuñada para contarnos la historia de Frost, escritor; que pasa unos días de descanso - él solo – en casa de unos amigos. Pero, de la nada, aparece Claire. ¿Quién es la extraña muchacha? Sin duda su musa, pues cuando Martin concluye un pequeño cuento que se le ha ocurrido esos días, Claire comienza a desvanecerse y está a punto de morir de nada; Martin, que la ama, la rescatará de su destino, rompiendo las hojas manuscritas del breve relato y quemándolas en la chimenea de la sala de estar. Los acontecimientos se precipitan.

Estamos ante un gran trabajo del polifacético Paul Auster.


Juan Carlos Eizaguirre
11.12.07

Monday, December 10, 2007

Guillou, Jan. LA HERENCIA DE GOTHIA. Planeta, 2007. 478 páginas

Cuando a finales del siglo XX Jan Guillou, el veterano escritor y periodista sueco, decidió cultivar la novela histórica con respecto a su país, era difícil pensar que iba a cosechar más éxitos que con sus obras policíacas y de acción. Efectivamente, el autor combina un trabajo científico hecho con seriedad y rigor, con sus facultades para fabular y mantener tenso un argumento que trata de exponer los avatares de una antigua Suecia a finales de la Edad Media. Evidentemente usa soportes de ficción, pero que precisamente son eso, soportes de una realidad encontrada y degustada en un serio trabajo de investigación.

Antes del año 2000 escribió una extensa obra sobre Las Cruzadas, y el papel de los Países Escandinavos en ellas. En esta ocasión se adentra en la oscuridad del pasado y explicar la formación de Suecia como nación. La fundación de Estocolmo es la piedra angular donde se establece la unidad del país, torturado por las guerras de clanes durante siglos. La política de alianzas (y de guerras) de Birger Jarl Magnusson, fue la que hizo posible el nacimiento de este país a finales del siglo XIV. Este personaje se va a convertir en protagonista principal de esos años. Guillou nos cuenta su vida desde la infancia, posiblemente aderezada con algunos datos de ficción, hasta convertirse en un popular y tremendo caudillo, digno hijo de la dinastía Magnusson.

Al autor no le duelen prendas a la hora de contar la realidad de los hechos. Digo esto, porque la fiereza en la lucha, y la crueldad después, de Birger, fue algo evidente; y resulta difícil comprender cómo consiguió aglutinar a todo el país, si bien es verdad que los resentimientos duraron más de un siglo. Y como Suecia prosperaba y se adentraba en Europa de la mano del papado...

Estamos ante un excelente trabajo, muy bien dosificado en sus varios argumentos, sabiendo incluir y compaginar el dato erudito con la batalla campal; o mostrarnos los intrincados pasos de una política matrimonial en la que se excluye el amor. Todo ello con una secuencia temporal moldeada al estilo de los singulares días invernales o estivales de esa gran nación. Sí, el tiempo perece detenerse en ocasiones para, después, lanzarse en tropel haciendo retumbar la tierra con los cascos de los caballos.



Juan Carlos Eizaguirre
10.12.07