Friday, February 29, 2008

Harris, Robert. IMPERIUM. Grijalbo, 2007. 431 páginas.

Me parece que al hacer una reseña sobre una novela histórica, se deben medir mucho las palabras para hacer distinguir al lector la verdad de la ficción. Y esto no sólo cuando se domine la materia del tema que trata la obra, sino que hay que tener la honradez intelectual de manifestar ignorancia, en el caso de que la hubiera, para no dar visos de realidad a las fantasías del escritor. ¡Cuántas veces he oído el “rigurosamente histórico”, refiriéndose a una novela que, desde ese punto, contenía una sarta de sandeces!

El trabajo de Harris, que ocupa ahora nuestra atención supone, a mi juicio, una novedad o, por lo menos una poco común manera de afrontar una novela de este estilo. Y esa novedad es el previo y profundo trabajo de investigación hecho antes de comenzar a escribir. Tanto es así, que Robert Harris se ha convertido en un erudito del mundo romano en las épocas de la República y el Imperio.

No ha debido resultarle fácil. Sobre todo porque su personaje principal es Marco Tulio Cicerón, del cual se conservan infinidad de documentos de su trabajo como senador, abogado, cónsul..., muchos de los cuales han sido publicados por diversas editoriales a lo largo de los siglos, y han servido como valiosísimas fuentes históricas. Hasta es posible que el narrador (su esclavo Tiro) escribiera una biografía sobre él, aunque no se ha conservado; pero tenemos los testimonios a favor de Plutarco y Asconio.

No puedo seguir adelante con este comentario, sin comenzar a afirmar que estamos ante una gran novela histórica, que recoge los más importantes aspectos de los comienzos de la vida pública de Cicerón, hasta ser nombrado Cónsul, el cargo más importante de la Roma republicana. Pero a continuación he de añadir, para animar a que se lea esta obra, que aspectos importantes de una novela, como son el estilo, el pulso narrativo, la descripción de personajes y escenas, la capacidad fabuladora, la intriga, etcétera, brillan a gran altura y con sencillez expositiva, que es lo importante. Además, en ocasiones, cita textualmente frases de discursos de Cicerón, que da gusto leerlas.

En definitiva un libro útil, no sólo porque entretiene, sino porque también instruye.



Juan Carlos Eizaguirre
25.2.08

Thursday, February 14, 2008

Maristany, Manuel. LA ENFERMERA DE BRUNETE. Editorial Planeta, 2007. 1037 páginas.

Otra novela más sobre la Guerra Civil. Pero no lo digo con pesar; Manuel Maristany ha escrito una excelente novela, que se encuentra a muchísima distancia de las innumerables obras que sobre este tema se han confeccionado en España; muchas de ellas con claros fines manipuladores y propagandísticos. Y fíjense que no menciono la calidad literaria, tantas veces por los suelos.

El secreto del éxito – son ya cuatro ediciones – se encuentra en la sencillez y claridad expositiva de un lado; y por otro una capacidad fabuladora fecunda, pero basada en temas normales, de siempre; como son, por ejemplo: el amor y el desamor, la fidelidad a unos ideales o su contrario, la amistad, el heroísmo... Y todo ello dentro de un marco real, cual fue la Guerra del 36.

Se aprecia con facilidad que la obra es fruto de un amplísimo trabajo de documentación, que el autor utiliza con sabiduría y siempre dentro del marco histórico del que hacemos mención líneas arriba. Por tanto, los distintos ambientes de la Guerra (el frente, las zonas de retaguardia, el estado psicológico de las distintas personas que componen esta casi novela coral...) están muy conseguidos. Y es de agradecer la omisión, de intento, de datos y opiniones: número de muertos, cómo nació la Guerra, cómo se comportaron sus principales protagonistas de ambos bandos, etcétera.

He afirmado que es de agradecer, porque LA ENFERMERA DE BRUNETE, es una bocanada de aire fresco y limpio entre tantos dimes y diretes que aún colean hoy día; intentando todos pasar por buenos y justos.

El lector que se enfrente a esta voluminosa novela, tiene de antemano un escenario de neutralidad, sin que por ello se oculten momentos trágicos y de tensión. Pero como el autor se ha propuesto no dar la razón a nadie, la obra destila una frescura, una trama argumental absorbente que hace de la extensión (más de mil páginas) una virtud y, a la vez una desilusión, al ver que el libro toca a su fin.



Juan Carlos Eizaguirre
11.2.08

Friday, February 01, 2008

Lorimer, George Horace. CARTAS DE UN COMERCIANTE. Edita Homo Legens, 2007. 277 páginas. 19,25 euros

Interesante novela, escrita en formato de cartas, con un bienintencionado ánimo pedagógico que el autor sazona con chispeante sentido del humor. Comienzo haciendo esta afirmación, porque es lo más atractivo de la obra. Imagínense ustedes a un padre, próspero empresario, lanzando moralinas y consejos por escrito a su adolescente hijo, y a lo largo de los años hasta la madurez: resultaría poco atrayente. Sin embargo Lorimer, con grandes dosis de ingenio, consigue que el futuro lector se encuentre ante un libro ameno, en el que se dicen verdades como puños, pero con gran sentido común… y sentido del humor.

Hay que hacer un poco de historia. El libro, cuyo título completo es CARTAS DE UN COMERCIANTE HECHO A SÍ MISMO, A SU HIJO, fue publicado en EE.UU. el año 1902, como fruto de las sugerencias de los lectores del Saturday Ivining Post donde, semana a semana se habían publicado las cartas. Tuvo un éxito arrollador: el libro más vendido en ese país hasta la fecha, exceptuando la CABAÑA DEL TÍO TOM. Tanto éxito, repito, que, dos años después, hubo de publicar otro libro como continuación, titulado GRAHAM “EL BASILISCO”. Nuevas cartas de un comerciante hecho así mismo, a su hijo.

El “viejo” Graham es el narrador de esta novela en la que por medio de cartas, pretende ir educando a su hijo que ya se ha marchado a la Universidad, orientándole a distancia para que se convierta en un hombre de provecho. Es un constante tira y afloja de padre e hijo, que Lorimer resuelve con eficacia compaginando la autoridad paterna con las rebeldías del hijo, obteniendo un producto, es decir, un final al gusto de toda la familia y amigos.

El libro se hizo tan famoso, que era usado como texto en Escuelas de Negocios, y como típico regalo de un hijo a su padre, o al revés.

Lo recomiendo vivamente.


Juan Carlos Eizaguirre
29.1.08