Tuesday, December 29, 2009

Ebadi, Shirin. La jaula de oro. La esfera de los libros, 09. 254 páginas. 18, euros.

Shirin Ebadi, de nacionalidad iraní, recibió el Premio Nobel de la Paz el 2003, por su trabajo en Irán en defensa de los derechos de la mujer y el intento de reconciliación entre las distintas facciones de ese avispero que es el país de Irán.

La Jaula de Oro es un libro testimonio, aunque bien pudiera llamarse novela (e incluso de acción), pues los hechos que se narran, además de ser ciertos y vividos por ella, su familia y amigos, son escalofriantes.

La autora no se centra en su persona para confeccionar la novela: (llamémosla así); es simplemente la narradora y un personaje más, dando protagonismo a otra familia amiga, a la suya propia…, pero no menciona nada de su lucha personal por los derechos humanos en Irán, ni su tiempo de encarcelamiento, ni los ultrajes que sufrió al ser destituida de su cargo de juez, etcétera. Sí será protagonista para defender a sus amigos; en concreto a la familia de su íntima amiga Parí, una muchacha muy “a la europea” educada en Inglaterra y que es médico. Los padres de Parí, Husein y Simin Ebadi, son dos buenos iraníes, pero los hijos varones habidos en ese matrimonio (3), tras una niñez normal y feliz, comienzan a preguntarse por los motivos que conducen a los padres de sus amigos a estar enemistados y a participar en actos violentos y en intentos de golpes de estado. Poco a poco esa mentalidad juvenil se tornará casi adulta, y aquellos niños inocentes tomarán partido; y lo curioso es que cada uno de un signo diferente. Estas diferencias les hacen intolerantes, hasta tal punto, que no pueden coincidir en casa de su madre, porque acabarían discutiendo acaloradamente y, quien sabe, pegándose. Parí, observa el desmembramiento de la familia. Husein ha fallecido un año antes y Simin está hundida en su pesar; los hermanos ya no viven la casa y corren peligros de muerte o cárcel.

No sigo con el argumento, como es natural. Pero es aquí donde Shirin Ebadi toma protagonismo y ayuda a la desventurada familia, poniendo en riesgo su seguridad. Los hechos parecen inverosímiles, pero tenemos la certeza de que así ocurrieron. Pienso que la lectura de este testimonio ayudará a los lectores a comprender mejor este país, ahora que está en el candelero informativo, y saber extraer el grano de la paja, ante tanta avalancha informativa interesada.

La jaula de oro es la primera novela de la autora. Supongo que a una personalidad como ella le habrán asesorado, aconsejado… Me refiero a cuestiones de estilo, de confección y variedad en el orden de los temas, el estudio y presentación de los personajes, el ritmo… Desde luego está escrita con mucha corrección y amenidad. Si a eso añadimos que el tema es altamente interesante, como hemos afirmado al principio, hay que deducir que nos encontramos ante un buen libro.



Juan Carlos Eizaguirre
28.12.09

Monday, December 28, 2009

Xiaobo, Wu. La China emergente. Editorial Kailas, 09. 326 páginas.

Desde que comencé a tener este libro entre mis manos me invadió una actitud de recelo, al prejuzgar que se trataba de una obra de propaganda más que de una descripción de la actual China, su reciente pasado (últimos treinta años) y su prometedor futuro. El primer motivo que me hacía desconfiar era el currículum del autor, Wu Xiaobo, formado íntegramente en ese país y siempre al servicio del gobierno o trabajando como periodista vocero del gobierno y del sistema.

Estaba equivocado, no había más que leer el índice. Al escritor, muy “aireado” en frecuentes viajes por occidente, no le dolían prendas para exponer los pros y los contras de la China actual. Esto es explicable porque China está efectivamente emergiendo; la apertura al mercado libre capitalista de algunas ciudades, además de Hong Kong, ha hecho ver a los mandatarios comunistas parte del camino hacia la riqueza.

Comenta Xiaobo que aunque China se convierta en una superpotencia y pueda competir a nivel mundial, tardará muchos años (más de 100) en dejar de tener grandes bolsas de pobreza, sobre todo en los ámbitos rurales. La mentalidad de los ciudadanos de este gran país es muy pragmática y todos caminarán en una misma dirección para conseguir los objetivos que sean marcados; pero es que además son muy trabajadores (incluso hasta el sacrificio); y, sobre todo, muy nacionalistas: miran a Occidente por encima del hombro, como suele decirse vulgarmente, a pesar de haber estado siglos hundidos en la miseria más absoluta… Pero han sido un imperio milenario antes que Europa y ese orgullo les hace fuertes y seguros.

El libro se hace en bastantes ocasiones pesado de leer, pues cae en explicaciones técnicas: sociales, económicas, políticas, que un lector poco avisado no entiende mucho. Lo que sí se puede afirmar en resumen es que China emerge, que dentro de pocos años estará en la cima mundial (con achaques, eso sí) y que afirmar esto no sólo lo hace Wu Xiaobo, sino cualquier analista internacional.

Nathan, Andrew. Y Gilley, Bruce. LOS NUEVOS DIRIGENTES DE CHINA. Planeta,
2005. Es este un libro escrito por dos expertos norteamericanos en temas chinos, y ya cuatro años antes coinciden con el autor del libro en la importancia de China en el concierto mundial aunque, según ellos y Xiaobo no dejará el totalitarismo y la falta de libertades seguirá e, incluso, la pena de muerte, que es altísima: casi el 93% de la habidas en todo el mundo. “No se puede uno sentar y esperar a que aparezca un Gorbachov”, dicen en un determinado momento los autores del libro antes mencionado.

Y para finalizar, tenemos el tema de los derechos humanos. El escritor pasa como de puntillas sobre este tema. Los chinos no entienden lo que son los derechos humanos: ni los que gobiernan ni los gobernados. Cuando surgen protestas por la falta de libertad, por ejemplo, lo consideran una grave traición. Todos hemos leído libros testimonio de exiliados chinos; lo mal que lo han pasado, ellos, sus familias, amigos, conocidos. Han sido rodeados hasta la muerte en ocasiones. Esta falta de sintonía hará poco fluido el diálogo: político, comercial, turístico. Va a ser un problema. Otro.

Juan Carlos Eizaguirre
23.12.09

Wednesday, December 16, 2009

Rubio, Rafa. Y Vilas, Darío. Imperfecta simetría. Editorial Círculo Rojo, 09. 106 páginas.

He leído con mucho interés el conjunto de relatos cortos escrito por Rafa Rubio y Darío Vilas. Me ha causado una impresión satisfactoria. Es difícil hacer un comentario sobre una obra escrita al alimón por dos personas y que tratan temas tan diversos. Pero se advierte en ello, en los escritores, una sintonía, que va del inconformismo a la fantasía, pasando por una clara tendencia a la abstracción. Parece, y creo que es así, como si buscarán con su estilo y con sus temas unas nuevas formas de expresión artística. Quizá este intento esta larvado o en la superficie de todo artista. No se trata de una necia originalidad, sino de algo más profundo: llegar al corazón de los lectores y del mundo, para darles su mensaje; mensaje que para cada artista es crucial para la buena marcha de la humanidad o de un territorio más particular: su país, su tierra natal, la familia, los amigos, la persona amada… O quizá también, aspectos más ideales, como son la trascendencia, la libertad, la verdad, la generosidad, las desigualdades sociales… Como se ve, puede haber tantos temas para sacar a relucir como autores.

En el presente libro, Imperfecta simetría, creo que han pretendido zarandear a sus lectores (a la sociedad) con unos relatos poco al uso, poco convencionales. En el fondo se denuncia una sociedad falta de valores, como desnortada, poco solidaria; y de ese egoísmo surge la indiferencia, que lleva de la mano a situaciones inconcebibles, que parecen increíbles. Y es en este punto donde se muestran como innovadores: describen lo extraño, lo chirriante, lo terrorífico, lo onírico y, cuando se apartan de ello, se acercan a cierto realismo mágico. En definitiva, hay que remover las inteligencias muelles de colchón y lograr una solidaridad que ni de lejos tenemos. Ah, y si se puede hacer lúdicamente, mejor.

Lógicamente en la historia de la Letras Españolas hay precedentes de este tipo de búsqueda; y también en la actualidad. Pero me alegra comprobar que la batalla sigue; y continúa además, desde la base hasta la cúspide de los escritores. Cuántos escritores he conocido que son verdaderos sillares de la literatura de su entorno, formando alumnos, creando revistas de papel o en la Red, organizando concursos… Y sólo algunos de ellos saltan al mundo editorial publicando alguna o más novelas y son conocidos. Pero sin esos otros verdaderos “galeotes” de la literatura, ésta no se sustentaría, ni tendría el valor que tiene, ni podría presumir de la veleta del gran edificio.

Respecto a los precedentes, hay que recordar sobre todo a los primeros, de los cuales se han surtido después otros. Me refiero a Ramón María del Valle Inclán y sus esperpentos, cuyo culmen es Luces de Bohemia, y a Camilo José Cela con su tremendismo, que curiosamente está mejor reflejado en su primera novela, El hijo de Pascual Duarte.

Ofertan los teóricos de la creación artística, que se debe buscar y poner como base de la labor creadora tres elementos. Lo bello, lo verdadero y lo bueno. Esta afirmación es antigua y se ha especulado mucho sobre ella. Pero nunca ha perdido vigencia entre las mujeres y los hombres dedicados en cuerpo y alma a las artes. Pienso que es un buen punto de partida y es un buen punto de examen, finalizada una obra.


Juan Carlos Eizaguirre
15.12.09

Thursday, December 10, 2009

Läckberg, Camilla. La princesa de hielo. MAEVA, 09. 415 páginas. 10 euros.

Camilla Läckberg se está abriendo paso como un torbellino en el mundo literario europeo y, sobre todo en su Suecia natal. Parece (no es cierto) como si se hubiese puesto de acuerdo con su colega Henning Mankell, ahora que éste ha terminado su serie de novela policíaca con su agente Kurt Wallander.

Es todavía una mujer joven y ya ha escrito cuatro novelas, todas ellas del genero casi negro, es decir, de intriga, policíaca, de una mesurada acción; con unos personajes con unos perfiles muy bien trazados, verdaderos retratos físicos y psicológicos… Pero no se la puede ubicar entre las novelas del género negro, pues no reúne los requisitos tradicionales del antihéroe, el policía malo y el ambiente sórdido… Tampoco es uno de esos thrillers, tan al uso. ¿Cómo se la puede definir, entonces? Yo diría, que es una obra cuya factura es muy personal. Aun siendo el tema muy tratado en nuestros tiempos, sin embargo Lackberg, le imprime un sello muy particular.

Los mimbres son los de siempre, engaño, un asesinato, dolor, consternación, investigación policial… Pero la autora combina todos esos ingredientes de una manera, si no del todo novedosa, si bastante atractiva y poco frecuente. En los distintos frentes argumentales que se van abriendo a medida que el inspector Patrick y sus compañeros avanzan en sus pesquisas, Camilla Lackberg introduce toda su pasión creadora, de tal forma que ningún personaje está demás, ninguna ambientación es un virtuosismo “a se”, sino que está entrelazado con la marcha de la historia, aunque más bien habría que decir historias.

S a lo antedicho, añadimos un estilo fresco, claro, sincero, preciso; en definitiva bello y atrayente, cabe concluir que la novela, sin ser importante por su temática, es muy buena por los oficios de su autora.

Quizá le falte profundidad trascendental, aspecto muy de agradecer por los lectores: que haya referencias a algo superior y concreto; vida después de la muerte… Nada de moralinas, sino lo que la gente se plantea en esas situaciones límite que la escritora describe con tanta lucidez.

Hay tres o cuatro ocasiones en que esta novela se “encharca” un poco, al hacerse demasiado minucioso algún corto pasaje. Creo que es cuestión de experiencia, nada más. Y es que, según mi opinión, la mujer sabe mirar más y mejor que el hombre; posee una mayor capacidad de empatía, de hacerse cargo de las cosas. Y eso creo que, en este caso, traiciona a Camilla Lackberg: se compadece de algunos personajes, se enamora de un paisaje, es la delicadeza personificada en una incipiente relación amorosa… Bueno, no me voy yo a meter a feminista. Sólo opino que la mujer es más receptiva con su mirada que el hombre, nada más. Es mi opinión.

Juan Carlos Eizaguirre
9.12.09

Thursday, December 03, 2009

Khadra, Yasmina. Lo que el día debe a la noche. Destino, 09. 380 páginas 19,50 euros.

Como todos sabrán, Yasmina Khadra es el pseudónimo de Mohammed Moulessehoul, militar argelino, exiliado en Francia. Ha declarado a la prensa de este país que le acoge que con esta última novela ha pretendido confeccionar una epopeya, que ese fue el destino de Argelia durante parte del siglo XIX y XX. Su lucha contra el colonialismo, contra la miseria, contra sí misma. Ha tenido la buena intención de introducir a Argelia en la Historia inspirándose en la idea de confeccionar una gran obra; y en concreto ha mencionado, Doctor Zhivago y Lo que el viento se llevó. No sé si esto lo ha dicho antes o después de su publicación, pero el hecho cierto es que se ha quedado muy corto, como más adelante expondremos.

Yasmina Khadra había escrito hasta ahora novelas de corte bélico, terrorista… ahondando en el alma musulmana y moviéndose por distintos países. Era como un reportero que nos hacía ver ese mundo aparentemente tan lejano, con sus ideales, costumbres, religión, y miseria y odio.

Lo que el día debe a la noche ha sido una tarea más ambiciosa. Es verdad que el autor sólo se ha concentrado en su Argelia natal, pero al querer profundizar en la convivencia durante tantos años de dos civilizaciones y, después, tanta sangre derramada por la guerra civil y la actual inestabilidad y peligro social, el tema se le ha ido de las manos. Se le ha ido de las manos, bien porque le venía grande (que no creo), o porque él es parte del drama o, sencillamente, porque es muy difícil de explicar una armoniosa convivencia entre occidentales y musulmanes (que no se dio), así como el desastre interno posterior a la época colonialista.

Por lo demás, el libro resulta grato de leer; es bueno; pero no se le intente encumbrar, no tiene madera de obra fundamental. Eso sí, en Francia ha tenido mucho éxito (esa extraña relación de amor odio con la antigua Colonia). Y no sé hasta qué punto en España, pues este autor tiene muchos seguidores en nuestro país.

El argumento con el que aborda toda la historia que antes hemos aludido es sugerente: la amistad desde la infancia, en la época colonial de un muchacho musulmán con tres chicos franceses, pero nacidos en Argelia. La vida va pasando… y suceden muchas cosas. Por otro lado nos encontramos con una ciudad (Orán), de dos caras: la de los ricos y la de los miserables. Curiosamente hay musulmanes que habitan en la zona mejor. Pero no pueden faltar las descripciones de Khadra de los espantosos y míseros lugares donde vive la población menos favorecida, hacinada y sin ninguna esperanza, acosándose los unos a los otros.

Me gustaría que Yasmina Khadra siguiera por su camino anteriormente trazado, que tanto beneficio ha provocado, por su testimonio.

Juan Carlos Eizaguirre
2.12.09

Wednesday, December 02, 2009

Cosic, Bora. El papel de mi familia en la revolución mundial. Editorial Minúscula, 09. 151 páginas. 13,50 euros.

En la contraportada de esta valiosa novela se nos dice que se publicó en 1969, pero no sabemos cuándo fue escrita ni dónde se editó esta obra “artesanal”, como siguen diciendo los editores de la editorial Minúscula. Lo cierto es que, al cabo de unos meses, el libro fue adquiriendo popularidad en Yugoslavia, de donde parece ser la primera edición, hasta adquirir el premio literario más importante de ese desaparecido país.

No deja de ser chocante el galardón, pues el contenido de esta breve obra es una ácida e irónica crítica a los distintos avatares políticos en los que estuvo metida Yugoslavia justo en la mitad del siglo XX; en la novela, entre los años 30 a 50. Recuérdense las luchas por el poder de las distintas etnias y países limítrofes de antes de la II Guerra Mundial, la propia Guerra Mundial y, por último, su pertenencia al Bloque de Repúblicas Socialistas Soviéticas hasta la caída del Muro.

Leyendo el libro con estas premisas, uno se desconcierta al ver que en pleno 1969, con las revueltas de Hungría y Checoslovaquia recientes, las autoridades soviéticas consintieran no sólo en que se difundiera ampliamente, sino incluso que se le otorgara un premio. Veo una justificación. Como el libro tiene humor y, lo más importante, está como forrado de autocrítica, quizá por ello pensaron los jerarcas soviéticos dar el visto bueno y marcarse un tanto, alardeando de apertura.

Pero lo que he dicho hasta ahora es lo de menos. Lo que verdaderamente vale la pena, es el modo en cómo esta escrita esta novela. El autor simula ser un niño de corta edad que narra cómo las distintas revoluciones pasan por la cocina de su casa, habitada por una heterogénea familia. Por este modo de concebir la obra y escribirla, se puede decir que estamos ante una novela experimental. Es decir, esas puntas de lanza que siempre se encuentran en el arte: la búsqueda de nuevas maneras de expresarse; la inquietud que se posesiona del artista, en una a veces desesperada búsqueda de lo bello, lo verdadero y lo bueno. Ello sucede en todas las arte, y en la literatura no iba a ser menos.

En esta búsqueda no se implican todos los artistas. Hay algunos que, inquietos, luchan y vencen; otros, luchan y fracasan. En el caso de la obra de Bora Ciric, se puede afirmar que estamos ante un ejemplo victorioso, pero no asequible a cualquier lector. Porque, como digo, el libro, escrito simulando el habla de un niño que habla casi sin respirar, se nos ofrece como un torrente impetuoso de un río, de una cascada, que en ocasiones nos hace zozobrar; es decir, hemos de descansar, releer, pensar, leer despacio… Por eso pienso que no a cualquier lector gustará zambullirse en estas procelosas aguas.

Aunque estructurado en capítulos, forma un todo; es como un bloque monolítico, lleno de claridad expositiva, sin diálogos, sólo breves frase entre comillas; con ello se busca lo absurdo, que en este caso es como el lecho de la ironía y lo cáustico. Algo sabemos en España de este histrionismo, con la obra de Valle Inclán y el más cercano Cela. Lo que llamamos el esperpento y el tremendismo. Por poner un ejemplo cercano.

No quiero desanimar. La novela es corta y buena. Anímense.

Juan Carlos Eizaguirre
2.12.09