Tuesday, September 16, 2008

Hardy, Thomas. LEJOS DEL MUNDANAL RUIDO. Alba Editorial, 2002. 579 páginas

Thomas Hardy fue un escritor un tanto peculiar, porque en su obra narrativa (no muy extensa, por cierto) conserva el estilo tradicional de la novela victoriana, de ambientación rural y con una magistral descripción de los tipos humanos y de los ambientes y paisajes de su Wessexs casi natal. Los autores victorianos pertenecen a los siglos XVIII Y XIX; y Hardy falleció en 1928, bien entrado el siglo XX. Tiene una explicación. Su obra de narrativa la producen en la segunda mitad del XIX, pues nació en 1840. Su longevidad le permitió dedicarse de lleno a la poesía en sus últimos años, e incluso al teatro.

LEJOS DEL MUNDANAL RUIDO, fue escrita en 1874, después de una vida dedicada nada menos que a la arquitectura, pero, siguiendo los consejos de buenos amigos se dedicó a escribir, siendo la presente novela una de las primeras; de gran altura literaria, aunque, a mi juicio no la mejor. En ella el lector se encontrará un relato que no ha sido perjudicado por el paso de los años, sino que su atractivo perdura, dándonos a conocer un ambiente rural idílico, pero duro, y un entramado de pasiones amorosas encontradas.
Efectivamente, Bathsheba, la protagonista principal y rica heredera de su tío, va a encontrase con las pretensiones de matrimonio de tres hombres, cada cual totalmente distintos: un rico hacendado ya maduro (ella es una joven de unos veinte años), un militar, y su capataz de la granja, joven del pueblo pero con una sabiduría y sentido común poco corrientes.

Sufrirá nuestra heroína hasta encontrar la verdadera felicidad. Pero no debo seguir adelante: sería desvelar el argumento. Lo que sí se puede volver a afirmar es la calidad literaria de Hardy, en la que se nos revela como un excelente narrador y conocedor de los más profundos sentimientos humanos.

En 1895 Hardy decidió dejar de escribir novelas. Había un motivo: su última obra, JUDE EL OSCURO, suscitó un verdadero revuelo por su carácter antirreligioso. Yo no sé hasta qué punto Thomas Hardy era un devoto anglicano, pero la verdad es que no deja títere con cabeza en esta última obra, quedando en el peor lugar la Iglesia Católica. Ciertamente, uno se pregunta a santo de qué nuestro hombre emprende una extraña batalla contra Dios, cuando el resto de sus novelas son todo lo contrario. Lo único que podemos responder es que, de seguro, sus motivos tendría. Lo cierto es que nos privó de sucesivas obras, cuyo culmen había sido hasta la fecha, EL ALCALDE DE CASTERBRIDGE, escrita en 1886.

Quizá haya dedicado excesivo tiempo en este comentario a hablar del autor más que de su novela. Por ello termino haciendo un llamamiento a su lectura, porque cualquier persona, de cualquier edad, disfrutará con este drama rural, por cierto llevado al cine con una magistral película en los comienzos de los sesenta del siglo pasado, o quizá un poco antes.

Juan Carlos Eizaguirre
15.9.08

Tuesday, September 09, 2008

Grisham, John. LA APELACIÓN. Plaza y Janés, 2008. 472 páginas. 22,90 euros.

Grisham es, sin duda, el mejor escritor americano de este tipo de literatura de entretenimiento. Hay muchos otros autores de campanillas en su país, pero ninguno ha sabido permanecer en la cresta de la ola durante tanto tiempo como el escritor que ahora nos ocupa. Así lo demuestra la aparición de su última novela, LA APELACIÓN, en la que, sin abandonar su estilo predeterminado de best seller o de thriller, nos presenta un trabajo de riqueza estilística; de persona dominadora del lenguaje... En Grisham no sólo el ingenio, la capacidad de fabular, de transmitir tensión, intriga y acción verosímiles, es lo importante, sino también el pulido y brillante modo de exponer, de administrar los recursos estilísticos. Incluso en el manejo y conducción de los personajes se muestra hábil, ya que nos encontramos ante un libro que bien pudiera calificarse como novela coral... pero no; a mi juicio dosifica muy bien las actuaciones de sus personajes.

Con todo lo dicho, se podría afirmar que Grisham nunca defrauda, pero no es rigurosamente cierto. A mí, que he leído todas sus novelas, me parece que algunos de sus trabajos – se me vienen a la cabeza dos – han sido algo flojos: algo flojos para lo que se espera de un escritor como él.

Después del IMFORME WILLIAMSON, pensaba yo que el autor iba a dedicarse a “resucitar” casos judiciales reales, dado el éxito de esta obra. Pero no: LA APELACIÓN es la historia de una verdad posible y probable.

Una gran compañía de productos químicos y causante del cáncer de muchos ciudadanos de un recóndito pueblo del Estado de Mississippi, es condenada a indemnizar a una familia con una cantidad de unos cuarenta millones de dólares. Surge, una vez acabado el juicio, la apelación al Tribunal Supremo del Estado. Aquí es donde comienza la novela: una serie de maniobras políticas y económicas para poder dominar los votos de los jueces de ese Tribunal Supremo del Estado de Mississippi. La dureza de la acción llegará a enfadar a muchos lectores, a pesar de que se trate de una ficción. Ficción, relativamente, porque no hay que olvidar que la literatura es “el espejo de la vida”; y las manipulaciones ilegales (o innobles si se quiere) resultan bastante creíbles.

Excelente trabajo, que lo recomiendo a todos. Quizá el lector adulto sea el que más disfrute, mientras que a un joven pueda resultarle pesado.



Juan Carlos Eizaguirre
9.9.08

Monday, September 08, 2008

Ishiguro, Kazuo. CUANDO FUIMOS HUÉRFANOS. Anagrama, 2008. 401 páginas.

Como bien saben nuestros lectores, Kazuo Ishiguro es un excelente escritor japonés (Nagasaki, 1954), pero afincado desde su niñez en Inglaterra. Toda su producción literaria está escrita en inglés y, además, brillantemente. Según mi opinión, LOS RESTOS DEL DÍA y NUNCA ME ABANDONES, son sus dos mejores trabajos, uno de ellos llevado con éxito al cine.

Mantiene este escritor que su mentalidad es totalmente británica, pero me permitirán discrepar de esta afirmación, si digo que sus libros poseen un no sé qué de misterio oriental: su obra oscila entre la realidad occidental y la oriental, entre el pasado y el presente. Es un ejemplo manifiesto de la literatura multicultural que se practica actualmente en Gran Bretaña.

Pero vayamos con la novela que nos ocupa, escrita en el 2001. El principal protagonista, Christopher Banks, es un famoso detective nacido a principios del siglo XX en Shangai. Sus padres desaparecen misteriosamente y él es conducido a Inglaterra, donde se labrará una aceptable carrera como investigador, pero nunca olvidando sus primeros años de infancia en Shangai. Tanto es así, que decide abandonarlo todo para volver a su tierra natal a buscar a sus padres. Me perdonarán pero no sigo con el argumento, sino que me voy a detener ahora en cómo Ishiguro trata de reproducir los problemas emocionales de un niño que, de repente, se ve abandonado de sus padres, y con la incertidumbre de si sus progenitores han hecho eso libremente o han sido obligados por las circunstancias.

Pero no quiero hacer creer a los futuros lectores que la trama es la búsqueda de los padres. Una parte del tiempo la acción discurre en Inglaterra, descrita con unos tintes realistas muy propios de él: la lucha por la vida, el codearse con la alta sociedad, el amor...

En Shangai corren tiempos de guerra entre chinos y japoneses; estamos en los años 30; y allí se lanza Christopher para encontrar o saber qué pasó con sus padres. Realmente, el cambio de ambientes es muy brusco, e Ishiguro lo describe con maestría. ¿Por qué este planteamiento novelesco de esta manera? Pienso que el autor tenía como objetivo antes de escribir su libro, hacer una novela psicológica analizando las reacciones psicológicas de un niño, y del adulto en que se convertirá después.

Una novela arriesgada, que podrá cautivar a algunos e impacientar a otros por sus largos coloquios, descripciones prolijas y monólogos interiores. En todo caso, el estilo está compuesto hábilmente y con la brillantez de todas las obras de este autor.

Juan Carlos Eizaguirre
8.9.08
Roth, Philip. PASTORAL AMERICANA. Alfaguara, 1999. 511 páginas.

Philip Roth es, según mi opinión, el mejor escritor americano en la actualidad; y lo mismo habría que decir de la segunda mitad del siglo XX. Con sus 75 años sigue escribiendo lúcidamente, y ha sido elegido por la famosísima “Editorial Americana”, para publicar todas sus obras, distinción que obtienen pocos escritores cada siglo. Está previsto hacerlo en el 2013, cuando cuente (si vive) con 80 años.

Pero la obra que ahora nos ocupa fue escrita en 1998 y obtuvo el Premio Pulitzer de ese año. Aprovecho para decir que el Pulitzer fue uno entre muchos galardones; entre los cuales destacan la medalla de oro de las Letras, de La Casa Blanca; y la medalla de oro de la Academia de las Letras de América. Esto, por decir los más recientes… En fin, no quiero extenderme más. Vayamos a ver PASTORAL AMERICANA.

Estamos ante una novela costumbrista y de análisis social escrita para americanos. En ella el autor intenta reflejar (y lo consigue) los sobresaltos y momentos de angustia que ha padecido el norteamericano medio a lo largo de la mitad del siglo XX. No me refiero a las secuelas de la Segunda Guerra Mundial o a la Guerra Fría, sino a problemas internos, tales como las repercusiones de la Guerra de Vietnam, el movimiento “jipi”, los asesinatos de los Kennedy, la violencia racial, cuya culminación fue el asesinato de Martin Luther King…

Todo esto no surgió de improviso; estaba larvadamente escondido en los entresijos de la generación anterior, que no supo encauzar el éxito y el progreso, con el debido orden social. Así, Philip traza un cuadro incisivo y cruel de la progresiva decadencia de esa sociedad de los cincuenta. Y resulta curioso, porque se trata de una generación trabajadora, tolerante y bienintencionada; pero quizá en exceso, lo que hizo que en los sesenta se produjese un efecto rebote, y se despreciara todo eso, por parte de los hijos (a quienes dieron todo, al menos en lo material). El mundo confortable y sólido que sus padres habían edificado, se desmorona en los años sesenta, tan rápida como inexplicablemente.

Para terminar, hago mención del uso esteriotipado de sus personajes, pues a este estadounidense de origen judío, lo que le importa es el retrato social, con una inmensa galería de personajes, que maneja con maestría y fluidez, con un estilo crudo y directo. Hay un pero: es demasiado exhaustivo: casi estamos ante una novela coral. Y en la que, además, el autor no se “moja” ofreciendo opiniones personales definidas.

Juan Carlos Eizaguirre
8.9.08

Monday, September 01, 2008

Jiménez Lozano, José. AGUA DE NORIA. RBA, 2008. 252 páginas. 18 euros.

Se ha guardado mucho la crítica literaria de comentar el profundo contenido de esta última novela de Jiménez Lozano, resguardándose en lo que ya todo el mundo sabe: que es un excelente escritor; “lo que debe destacarse es la alta calidad de su lenguaje literario”; o “dominio del idioma”; “soltura periodística”, “grandes aportaciones formales”, etc. También he de decir en honor a la verdad que algún crítico de campanillas, ha hecho alusión a la “profundidad” y a la “voluntad de decir la verdad”.

Y es que resulta que nos encontramos ante un tema de rabiosa actualidad: la experimentación con seres humanos vivos en aras del avance de la ciencia médica; con todo lo que ello supone de ir contra las leyes y la moral. Las leyes se van cambiando poco a poco pero la visión ética, el juicio moral permanece inmutable ante la manipulación genética desaforada o la extracción de órganos ilegal.

No se mete el autor en mucho vericuetos científicos; el argumento principal es la aparición de un hombre al que han cambiado algunos de sus órganos para trasplantarlos a otra persona, dejando al primero en un estado de vida casi vegetal.

Hace unos tres años Kazuo Ishiguro escribió NUNCA ME ABANDONES. A parte de ser una novela con más cuajo que la actual y que juega al misterio con el lector (no para entretenerle, sino para darle el hachazo final de la verdad), la obra de Jiménez Lozano es también un tema bioético paro tratado a la española: con más bulla, trama policíaca algo folclórica… Pero no cabe duda que la intención principal del autor es describir esas situaciones injustas e inmorales, aunque tampoco sabe (lo dice sinceramente), hasta dónde llega la raya roja, porque investigar, hay que investigar. Tenemos ejemplos a raudales de cómo han prosperado las distintas ramas de la medicina, por ejemplo, salvando vidas que hace treinta o cuarenta años eran trabajo para el cementerio.

Por lo demás, me adhiero a la crítica general sobre este libro: José Jiménez Lozano ha confeccionado a sus 78 años otra excelente novela desde el punto de vista formal.


Juan Carlos Eizaguirre
16.7.08
ENCONTRARSE CON WODEHOUSE.

P. G. Wodehouse quizá haya sido el mejor escritor humorista británico de todos los tiempos. Aunque fallecido a los noventa y cuatro años en 1975, sus obras siguen editándose en todo el mundo, y es uno de los escritores que cuenta con más clubes de fans repartidos sobre todo por Europa y América.

Aunque sus primeros pasos los dio en el periodismo en Inglaterra, a los pocos años se traslado a Estados Unidos, donde escribió numerosos guiones para el cine y sus famosas novelas cortas ambientadas en su Inglaterra natal; y más en concreto en los ambientes de la nobleza rural, de la que se sirve para elaborar sus hilarantes relatos con cómicos personajes un tanto estereotipados y sus increíbles aventuras.

Wodehouse hace amable la lectura. Cargado de buena intención, sólo pretende divertir a sus seguidores. Nada hay en sus relatos de retorcida ironía, sino más bien alegría de vivir y un fino análisis del alma británica puesto en clave de humor hasta desternillarse. No es su obra un conjunto de cuentos ñoños para elevar el ánimo; Wodehouse es un magnífico escritor que optó por poner todo su talento al servicio del humor: con maestría, con caricaturas bondadosas.

Si lo dicho hasta ahora ya le hace un poco justicia, ¿qué será cuando sepamos que escribió más de noventa novelas, numerosas obras de teatro, comedias musicales y los mencionados más arriba guiones cinematográficos? Y todo a gran nivel; sabiendo sacar jugo a sus personajes, primando la amistad, la honradez, la fidelidad… a sus contrarios. Bien es verdad que sus personajes no son héroes de novela al uso; y que su visión del trabajo, por ejemplo, no es muy edificante (baste echar en vistazo al “Club de los Zánganos”, que aparece en muchas de sus obras); o que las leyes del disimulo se rozan con la mentira… Pero basta con leer una de sus novelas para elevar el ánimo y juzgar que se ha hecho algo de provecho, porque el resultado final es sincero y optimista.

Parece ser que la Editorial Anagrama tiene comprados sus derechos. Así lo deduzco, porque en estos últimos años veo que el autor está editado en Compactos Anagrama y, dos o tres, en otro formato mayor. Esto último no es para hacer propaganda, sino para dar una pista a los futuros lectores de este gran escritor que fue P. G. Wodehouse. Por cierto que la pronunciación de su apellido por el indicada, sonaría en español así: Vodejaus: nada de Wud o Wod.


Juan Carlos Eizaguirre
1.9.08

Ballard, J. G. BIENVENIDOS A METRO – CENTRE. Minotauro, 2008. 323 páginas.

Ballard posee cierta fama como escritor, porque dos de sus novelas han sido llevadas al cine con notable éxito. Me refiero a EL IMPERIO DEL SOL, y a CRASH. No es que el cine les haya dado el espaldarazo a estas novelas; por sí mismas, éstas, poseen una excelente calidad literaria.

Sin embargo en la novela que ahora nos ocupa, BIENVENIDOS A METRO-CENTRE, el autor ha pretendido confeccionar un trabajo de, llamémosle política ficción o también sociología ficción y, la verdad, no le ha salido un producto de la categoría a la que nos tiene acostumbrados. Debo decir también, que este tipo de libros tiene su público y, por tanto no se debe descalificarlo de un plumazo. Veamos por qué.

El motivo último de la obra de Ballard es una feroz crítica al consumismo; tanto es así que, tomando como punto de partida una “gran superficie” que lleva el nombre del título del libro, la va analizando como si de un templo de veneración se tratara, haciendo de sus empleados, sus servicios (hasta policía y clínica psiquiátrica) y sus productos de venta, una necesidad vital y compulsiva.

Pero el triple salto mortal de Ballard es convertir al bastión consumista en una atalaya de un nuevo fascismo. Nada extraña a los compradores y habitantes de los alrededores de Heathrow y sus autopistas. Pero la maraña que atenaza de hecho las vidas de estas gentes comienza a deshacerse cuando Richard Pearson decide averiguar sin contar con una ineficaz policía, la muerte de su padre en Metro-Centre durante un tiroteo. El protagonista no sabe dónde se está metiendo, pues hasta los medios de comunicación y políticos están confabulados para hacer de ese lugar un punto de partida que cambie la sociedad hacia un fascismo que ata, quita la libertad y los convierte en borregos, aprovechando incluso los eventos deportivos y la diversión.

Contada así la reseña, parece que nos encontramos ante un libro de fuste. Yo, sin embargo, opino que Ballard se ha excedido en su delirio futurista y, aunque se trate de una novela de ficción, hay que decir que el argumento y los personajes son muy poco creíbles.


Juan Carlos Eizaguirre
1.9.08
McEwan, Ian. EXPIACIÓN. Anagrama, 2008. 435 páginas. 19,50 euros.

Ian MaEwan es uno de los mejores escritores contemporáneos del Reino Unido. EXPIACIÓN es una ambiciosa novela, aunque quizá no sea la mejor que ha escrito. A mí me gustó más SABADO, por ejemplo.

Pero situándonos en la novela que nos ocupa y que ya hemos afirmado que es un trabajo ambicioso, vamos a ver el por qué. Primero porque es una novela dentro de otra novela varias veces. En principio estas meta novelas tienden a despistar al lector; sobre todo por el uso dado al tiempo y a los dispares escenarios, así como a los cambios de ritmo narrativo, pasando de tercera a primera persona, la técnica de las cartas cruzadas… Y aunque hay que decir que el escritor sale airoso y ha construido una gran novela del mencionado género, también debo afirmar, en segundo lugar, que es una obra difícil de leer: exige mucha concentración y memoria, no sólo de nombres, sino de la edad de los personajes en los distintos momentos de su vida, en los que McEwan irrumpe sin avisar.

La crítica ha puesto esta obra por las nubes. Ya sólo con esta afirmación no habría que decir más. Pero yo me atrevo a insistir: extraordinaria novela para lectores avezados. Porque, ustedes me dirán: resulta que un personaje infantil pero protagonista, la niña Briony pasa en el transcurrir de la novela (período de Entreguerras hasta nuestros días) a ser la verdadera escritora de muchas de las novelas internas, pero que McEwan camufla.

También resulta sorprendente la relación de pasión y odio entre Cecilia, la hija mayor de una rica familia rural, y el hijo del guarda, Robbie Turner, al que el dueño de la casa ha costeado los estudios hasta la universidad.

Quizá pueda parecer un poco pesimista esta obra de McEwan, pero pienso que el autor no hace más que contar lo que hay en la sociedad de nuestro tiempo: sobre todo egoísmo y una visión únicamente materialista de la vida: pasado, presente y futuro. Por eso he dicho antes, aunque con otras palabras, que estamos ante una novela dolorosa.

La cruda realidad de unos hombres y mujeres que se ven precipitados a vivir una vida que no les satisface, que les produce arcadas; en la que todo es convencional y tedioso.
Pienso que la novela posee un ramalazo nihilista, porque no hay ninguna mirada a lo trascendente o sobrenatural. Y así las cosas no funcionan… Al menos eso es lo que dice Ian McEwan.


Juan Carlos Eizaguirre
9.7.08